La derecha está demasiado confiada

Faltan ya pocas semanas para que se realice la elección presidencial, marcada, en esta ocasión, por una polarización y división política que no se veía desde hace mucho tiempo.

Las encuestas dan como claro ganador a Sebastián Piñera frente a su más cercano competidor, Alejandro Guillier.

Al interior de la oposición están tranquilos, cómodos y relajados. La derecha siente que la carrera está ganada y solamente falta realizar el trámite de rigor, pero ojo, las cosas no están tan simples como se cree.

La última medición de la encuesta Cadem nos muestra que, en una eventual segunda vuelta, las cifras entre Guillier y Piñera están 42% a 47%, lo que es técnicamente un empate.

Si la izquierda se organiza, se une y va a votar, la derecha se puede quedar con las ganas de retornar al poder.

Es cosa de sumar los porcentajes actuales.

Entre los candidatos de centro izquierda e izquierda suman 43%, mientras que Piñera obtiene un 42%, el cual, con los votos de José Antonio Kast, podría lograr un 47%.

En estos comicios, el 10% de indecisos definirá la elección, y mientras algunos políticos ya se andan repartiendo cargos para un eventual gobierno, la carrera se sigue compitiendo y esa seguridad que con orgullo se profesa podría desmoronarse cual castillo de naipes.

Cabe indicar que la credibilidad en las mediciones ha estado altamente cuestionada, sobre todo después de lo que ocurrió en Estados Unidos, en la elección presidencial que dio a Donald Trump como ganador. Pero en Chile, al menos, estas predicciones siempre han estado bastante acercadas a los resultados finales.

El viernes comenzó la franja y la campaña en las calles de la ciudad, sumado esto a una fuerte propaganda en los medios de comunicación.

La gran sugerencia es que usted, apreciado lector, independiente de su forma de pensar, se informe a la hora de votar. Son tres elecciones en una y, para que Chile se desarrolle y progrese, lo principal es que usted esté al tanto del proyecto país que se propone para el futuro.

Si usted vota por el más simpático/a o más carismático/a, en verdad estará desechando la opción de cambiar la política que tanto critica en las reuniones sociales.

Nadie tiene la carrera ganada, ni la derecha, ni el centro ni la izquierda, por lo tanto, usted será el que decida.