San Sebastián: la principal fiesta religiosa de la zona sur

Este fin de semana se espera la llegada de miles de visitantes en la comuna de Yumbel, fecha denominada el “20 chico”, para visitar a San Sebastián. La celebración de este santo, ha llegado a convertirse en la principal fiesta religiosa de la zona sur y una de las más importantes del país. La que se celebra todos los años en la ciudad de Yumbel, los días 20 de enero y  que por la gran cantidad de peregrinos que lo visitan, también se festeja el 20 de marzo, teniendo una gran relevancia religiosa, histórica y cultural.

Pero ¿qué es lo que atrae a miles de peregrinos a Yumbel, especialmente en enero y marzo? La fiesta religiosa popular de San Sebastián se ha transformado, con el correr de los siglos, en una de las más masivas en Chile, reconocidas y demostrativas de fe sencilla, en este caso, a diferencia de otros santuarios, de carácter mariano, basada en la veneración de un santo.

Desde días anteriores al “20”, se ofician misas encabezadas por autoridades eclesiásticas, así como sacerdotes, quienes destacan la relevancia de la religiosidad popular, como acercamiento a Cristo y a la Iglesia.

Uno de los santos que destacan en el catolicismo por la amplitud territorial mundial es San Sebastián. Se enlaza con el origen del cristianismo y durante más de un milenio, han abundado muchos centros religiosos que lo recuerdan y resaltan su heroísmo, al morir como un cristiano con total convencimiento.

Santo “cobrador”, como dicen quienes le veneran, porque se ha hecho tradición no solamente peregrinar al santuario, sino que “pagar mandas”, solicitudes de intercesión ante Dios. Es parte de la fe popular, que debe ser respetada.

No se trata de una adoración, reservada sólo a Dios, sino una veneración. Implica, por tanto, posicionar prudentemente su figura en el culto, para evitar desviaciones, propias de la ignorancia.

Por ello, la presencia de tantos sacerdotes y las misas son parte sustantiva de esta festividad, para evitar distorsiones de la fe.

Como lo destaca el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, esta fiesta religiosa de peregrinación masiva es una de las más importantes del sur del país. Pero no nació de la nada, sino de lo que muchos consideran todavía un verdadero milagro.

La imagen de San Sebastián que se venera en Yumbel, llegó a Chile el año 1580 e inicialmente fue instalada en la plaza fuerte de San Bartolomé de Chillán. Luego, en el año 1655, tras un alzamiento mapuche, se le protegió en un predio cercano a Yumbel, donde años después fue hallada por unos militares que trabajaban en la zona. Cuando se reconstruyó Chillán, los yumbelinos se opusieron a su traslado.

El Tribunal eclesiástico resolvió finalmente en favor de los chillanejos. Sin embargo, la tradición oral sostiene que cuando intentaron llevar la imagen a Chillán no lograron moverla ni con la fuerza de una yunta de bueyes, en cambio, al querer llevarla al templo de Yumbel, un niño pudo alzarla con sus manos. Tras este fenómeno se decidió que la imagen permaneciera en la zona donde se le rinde culto desde 1663 hasta hoy.

Si bien es cierto, que el foco principal de esta festividad religiosa es el agradecimiento a San Sebastián, tiene mucho de lo que rodea a celebraciones parecidas, como lo es un entorno de comercio, donde ferias y negocios traen positivos ingresos a los comerciantes y las arcas municipales.

Pero lo emblemático es que, pese al paso de los años, el desarrollo del país, de la irreligión fulminante y el ateísmo generalizado, la fiesta de San Sebastián sigue muy vital, atractiva, sin perder su identidad católica.

Ello permite un acercamiento adicional de los creyentes a la divinidad, mediante esta intercesión tan magnífica. Desde ese punto de vista, todos los aspectos negativos que algunos quieran ver pierden fuerza, ante la gran demostración de fe, esperanza y caridad.