Redes sociales: Libertad de expresión confundida con odio y extremismo

En el último tiempo, las redes sociales se han transformado en importantes medios de transmisión de información. Gracias a ellas se han levantado movimientos sociales, denuncias y las empresas han podido acercarse a sus clientes de forma más directa.

Sin embargo, existe un grupo de personas que amparadas en el anonimato de la red han transformado las plataformas en verdaderas armas de destrucción de reputaciones y sin validar argumento alguno, toman los 140 caracteres para hacerse la idea de lo que ocurre y sembrar el odio y las divisiones.

Los chilenos, carentes de personalidad en su mayoría, hemos caído en la trampa, debido que las desigualdades mantienen a gran parte de la ciudadanía indignadas y donde, pese a vivir en democracia, hay miedo de perder los empleos o ser juzgados socialmente si tienen una opinión política, religiosa o sexual en particular.

De esta manera, la intolerancia se ha confundido con democracia.

Si una persona dice que está a favor o en contra de un tema en específico, inmediatamente surgen sectores extremistas que comienzan con descalificaciones, ofensas e insultos para derribar sin mayores argumentos aquellos planteamientos.

De la misma manera, si una revista, diario o página web informativa comete una falta ortográfica o alguna imprecisión, también es lapidada por estas personas, sin calma, como si la rabia se apoderara de formas impensadas de un ser un humano al ver opiniones o errores. Dónde quedaron las buenas palabras.

Libertad de expresión, no es libertad para ofender, insultar, denostar públicamente a una persona o empresa, sino que es un derecho definido como un medio para la libre difusión de las ideas, pero no de destrucción social. Algo que muchos han confundido.

Es más, la declaración de derechos humanos, lo tipifica claramente e indica que “el ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a) El respeto a los derechos o la reputación de los demás.

b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”. Algo que muchos no tienen claro.

Los chilenos somos poco valientes para decir las cosas frente a frente y la red ha servido como salida para poder decir y hacer lo que se quiera, sin tener el discernimiento que hay personas que pueden resultar gravemente afectadas por el bullying cibernético. Ha habido incluso, suicidios por este tipo de conductas. Si usted las tiene, erradíquelas, por su bien y el de la sociedad toda.