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La inflación sigue siendo el principal problema económico para los habitantes de la región del Biobío. Nueve de cada diez personas están convencidas de que los precios seguirán en alza durante los próximos 12 meses, según reveló el último Índice de Confianza en la Economía Regional (ICER) de la Universidad San Sebastián. El estudio fue realizado entre junio y julio con 453 personas mayores de 18 años.
"La economía conductual nos dice que los agentes tienden a sobreestimar los hechos negativos ya sea por experiencia personal, influencia de los medios de comunicación o sesgos negativos", explica Andrés Ulloa, director de Ingeniería Comercial de la USS. Esta percepción tiene consecuencias concretas: "Las personas son reacias a invertir o ahorrar si observan que los precios están subiendo, y puede que no les alcance a fin de mes".
El temor al desempleo también ocupa un lugar relevante, aunque con diferencias etarias. Mientras uno de cada dos habitantes (51%) anticipa más cesantía, entre los jóvenes de 18 a 29 años esta cifra escala al 62%.
La dificultad para encontrar trabajo es uno de los puntos más transversales: el 82% general considera difícil conseguir empleo en la región, cifra que sube al 88% en el grupo socioeconómico bajo versus el 75% del alto.
El ICER general se situó en 32 puntos sobre 100, cuatro puntos por sobre la medición de julio de 2024. Aunque el 61% considera que su situación personal empeoró, las expectativas a dos años plazo bordean el optimismo, con 49 puntos para Chile y 48 para la región del Biobío.
"La población tiene más confianza en que a la economía regional y nacional le irá mejor que a ellos mismos", analiza Ulloa.
El 78% de los encuestados considera que es mal momento para solicitar un crédito. Las mujeres muestran mayor cautela (81%) que los hombres (72%). Sin embargo, los datos muestran un aumento en las solicitudes de créditos hipotecarios gracias al subsidio a la tasa de interés.
"La explicación va por las percepciones y porque la medida de subsidio es reciente y las personas aún no la internalizan", sostiene el académico.
El 72% considera que es mal momento para comprar una vivienda o automóvil, lo que genera un subíndice de apenas 18 puntos en disposición a grandes compras, uno de los más bajos desde que existe el estudio.
El análisis por segmentos revela que el pesimismo no afecta a todos por igual. Las mujeres reportan peores perspectivas: un 57% espera un aumento del desempleo versus el 43% de los hombres. La brecha socioeconómica es aún más dramática, dado que el 67% del grupo de menores ingresos siente que su situación empeoró, comparado con el 41% del grupo más alto.
Para revertir este pesimismo, Ulloa identifica tres elementos clave. Primero, una baja sostenida de la inflación "que podría llegar hacia fin de año o mediados del próximo" para mejorar las condiciones de consumo. Segundo, la reactivación de proyectos paralizados, especialmente de "infraestructura pública y proyectos energéticos".
El tercer factor es político. Aunque el estudio no indagó específicamente en expectativas en este plano, Ulloa sugiere que la confianza futura está condicionada por las próximas elecciones, un elemento que podría explicar el tenue optimismo a dos años plazo pese al pesimismo presente.
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