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La Tribuna

La liga más pequeña del mundo, tiene solo dos equipos

por Norman Matus Matus

Partido entre el Woolpack Wanderers y el Garrison Gunners en la liga más pequeña del mundo, en las Islas Sorlingas, al sur del Reino Unido. EFE/Facilitada por los equipos / EFE

(EFE).- "Me pido a John". "Yo quiero a Stuart". "Elijo a Max". Estas frases, con una pelota de por medio, podrían atribuirse al patio de cualquier escuela de Londres, Mánchester o Birmingham. De hecho, cambiando los nombres, podría ser también Madrid, Barcelona o Sevilla. Sin embargo, este ritual se celebra una vez al año en las Islas Sorlingas, al sur del Reino Unido, y sirve para formar los equipos de la liga más pequeña del mundo.

Solo dos equipos componen esta competición: el Woolpack Wanderers y el Garrison Gunners, que juegan 20 veces entre ellos por el campeonato liguero, además de disputar una Supercopa, dos copas, una de ellas a ida y vuelta, un partido entre adultos y jóvenes e incluso un amistoso de pretemporada. Los encuentros tienen lugar siempre en el mismo campo, en la isla de St. Mary's, cerca de la costa de Cornualles, y los jugadores de cada equipo cambian por temporada.

"Para seleccionar los jugadores de cada equipo", explica a EFE el organizador del torneo, Anthony Gibbson, conocido como 'Gibbo', "los dos capitanes se sientan juntos, normalmente en un pub con una cerveza, y tienen una lista de jugadores y en qué posición juega cada uno. Lanzan una moneda al aire y cogen turnos para ver qué jugadores escoger".

"Es como en el patio del colegio, además los capitanes se encargan de limpiar los implementos deportivos y organizar los encuentros", agrega William Lethbridge, que juega en la liga desde hace siete años.

Lo que buscan los capitanes es que durante la larga temporada -de octubre a marzo- haya igualdad y la liga no se decida demasiado rápido.

Esto no siempre es sencillo y de hecho los Woolpack Wanderers han ganado los últimos tres títulos, pero la desigualdad no siempre se debe a la calidad de unos y otros, sino a las circunstancias típicas de la vida.

Y es que en la liga de las Islas Sorlingas no hay contratos, ni ataduras a un club, ni sueldos. Por eso, cuando al delantero de un equipo le llaman para trabajar en otra parte del país o en el extranjero, se tiene que ir. Incluso se dan situaciones más estrafalarias en las que un jugador, cuyo trabajo es policía o enfermero, se tiene que marchar en medio de un partido por una emergencia.

La temporada liguera empezó el pasado 22 de octubre y se alargará hasta el próximo 24 de marzo y de momento todo va encaminado a que los Woolpack Wanderers ganen el cuarto título consecutivo, tras tres victorias seguidas.

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