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La Tribuna

Diego Sepúlveda: desde un pequeño tenimesista de elite a lograr una beca universitaria

por Gonzalo Meller

Su amor y convicción por el tenis de mesa lo llevarón a ser seleccionado de su casa de estudios y de Chile y, con ello, conseguir la beca para cumplir sus sueños.

Diego seleccionado nacional /

El estudiante angelino de cuarto año de kinesiología en la Universidad Católica de Temuco, debió dejar muchas cosas de lado para conseguir el éxito deportivo.

Llegar

lejos deportivamente en Chile es complejo. La empresa presta poco

apoyo y realmente una de las pocas opciones que tienen los jóvenes

es obtener una beca deportiva universitaria, la cual, si bien no es

sencilla de ganar, solo la férrea decisión del atleta lo podrá

llevar a obtener beneficios especiales dentro de la educación

superior.

En

el ámbito provincial, uno de los que destacó deportivamente hasta

hacerse con el trascendental aporte es el tenimesista Diego Francisco

Sepúlveda Aravena, nacido el 29 de abril del 1998 en Los Ángeles,

hijo de Héctor y Carmen, quien ha recorrido un arduo camino que lo

ha llevado a vestir con orgullo la tricota de la Universidad Católica

de Temuco.

Relativo

a sus inicios, estudió en el Colegio San Gabriel Arcángel, donde ya

tenía facilidades de estudio debido a su gran talento en el tenis de

mesa, el cual se remonta a los ocho años de edad, para empezar a

tomar tintes competitivos a los 12.

"Le

comencé a tomar el gusto a los 12 años aproximadamente, cuando

entrenaba en los talleres del colegio con distintos entrenadores; me

empezó a ir bien en torneos nacionales, entre otros, hasta que

llegué a la selección", recordó Sepúlveda.

Considerado

por él como un juego de entretención cuando pequeño, precisó que

jamás pensó llegar a desarrollarse en la especialidad olímpica de

forma profesional, pero posteriormente, "a medida que empecé a

ganar, ya que fui campeón nacional y vicecampeón en distintas

categorías, entendí que podía llegar lejos, entonces empecé a

dedicarle más tiempo y mirarlo con otros ojos, más que solo

divertirme".

ARRIBO

A LA UNIVERSIDAD

En

consideración de que el talento del tenimesista definitivamente era

único durante su enseñanza media, posteriormente tendría que

elegir una casa universitaria para continuar sus estudios, gozando de

vastas oportunidades debido a que por su desempeño, las opciones

abundarían.

"Yo

salí el 2015 de la media, y antes de la PSU tuve que hacer un

currículum simple con todos mis logros; después lo lleve a la

universidad que quería, pero la verdad, varias antes me habían

contactado", precisó el deportista de alto rendimiento.

Fueron

distintos centros de educación superior, entre los que figuran

algunos de Santiago y Concepción, por lo que la decisión de

asegurar un futuro siempre estuvo en sus manos y apostó por la mejor

oferta.

"Decidí

irme a la Universidad Católica de Temuco porque me dieron muchas más

facilidades, pese a que el mismo año que ingresé tuve que congelar

porque me encontraba viviendo en Brasil, donde estaba jugando",

explicó el tenimesista.

DIFÍCIL,

PERO NO IMPOSIBLE

Entre

lo más complejo que ha tenido que sortear el atleta, aseveró que no

solo se encuentran horas de entrenamiento, seguir una dieta

equilibrada y dejar de lado todo lo que no suma en un desarrollo

íntegro, precisando que realmente "estar lejos y ser muy joven

es difícil, porque uno tiene que dedicarle mucho tiempo a entrenar,

dejando de hacer cosas que serían normales para un adolescente. No

pude estar en fiestas familiares, cumpleaños de mis papás ni jugar

con amigos. Eso era lo más complicado".

De

todas formas, manifestó que cada obstáculo superado junto a cada

meta cumplida "ha valido totalmente la pena".

Referente

a sus objetivos actuales, el tenista, que busca convertirse en otra

leyenda angelina de la especialidad, precisó que "estoy

enfocado en terminar mi carrera y luego me gustaría ir afuera a

jugar, ojalá en Europa o volver a Brasil, aprovechando que aún soy

joven".

LA

CLAVE DEL ÉXITO

Tal

como la figura que es Felipe Olivares -hoy es gran amigo de

Daniel-, el tenimesista angelino comentó que en su momento

Olivares fue una inspiración, haciéndole ver realmente lo que era

sacrificarse por el deporte, ya que cuando él comenzó a tomar la

paleta de forma competitiva, "él ya era campeón nacional,

entonces fue siempre un referente masificando el tenis de mesa en Los

Ángeles junto al país, colaborando con la profesionalización de

este deporte".

¿Pero

cuál es la clave del éxito? Según el atleta, "la mentalidad,

querer ganar y, la verdad, tener ganas, porque a veces se pierden y

eso no te llevará a donde quieres ir, pero si uno tiene claro su

camino y sabe hacia dónde quiere llegar, siempre será mucho más

fácil".

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