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La Tribuna

La exitosa trayectoria de un hombre identificado con los colores de Iberia

por Juan Pablo Vergara

Fue campeón de Primera División con Everton de Viña del Mar en 1976 y seleccionado chileno, compartiendo entrenamientos con grandes como Elías Figueroa y Alberto Quintando, entre otros.

Lo más probable es que las nuevas generaciones de hinchas de Iberia sepan poco del lujoso pasado como futbolista profesional de Humberto Sebastián López Flores, ex jugador y entrenador de la institución.

Otrora crack dentro del campo de juego, quienes lo conocen lo ubican más por el trabajo que ha desarrollado con las cadetes del club y por ser uno de los protagonistas de la gesta heroica de 1984, cuando Iberia alcanzó su mayor logro deportivo en sus 84 años de historia: ser campeón de la Copa Polla Gol de aquel año.

A sus 68 años, este destacado deportista, dedicado hoy a entregar su sabiduría y experiencia a los niños que participan de su escuela de fútbol, repasó junto con La Tribuna lo que fue destacada trayectoria como jugador profesional.

Sus inicios se remontan al año 1969, cuando Iberia se estableció en la capital provincial. Por entonces, contó López, el defendía los colores del Club Deportes Los Ángeles.

“Tuve la posibilidad de empezar a jugar en Iberia, alcanzando a estar dos años y me vendieron a Deportes La Serena. Ahí partió lo que fue mi historia como futbolista profesional”, recordó.

Así fue como en 1971 recaló en el equipo de la Cuarta Región, donde estuvo hasta 1973. De aquellos dos años guarda un muy grato recuerdo. “Cuando yo me fui de acá de Los Ángeles a La Serena alcancé a estar 15 días entrenando y nos fuimos a una gira que nos llevó hasta Tahití”, comentó.

SELECCIONADO CHILENO

Tras su paso por los papayeros regresó a la región del Biobío para jugar por Lota Schwager. En el elenco minero permaneció hasta 1975. En aquella época, relató, tuvo oportunidad de codearse con grandes futbolistas nacionales al ser llamado a una selección nacional sur que conformó el entrenador alemán, Rudi Gutendorf, quien por entonces se había hecho cargo de “La Roja”.

López era defensa central, por ende, la tuvo muy difícil, ya que, por entonces, los patrones de la retaguardia en la selección eran dos grandes: Elías Figueroa y Alberto Quintano.

“Mi problema en mi puesto fue que los centrales que había en la selección chilena eran Figueroa y Quintano. Fui cinco años seguidos a los mejores de Chile y ahí estuve con ellos y compartí. Cuando conversábamos ellos me decían: Humberto, lo que pasa es que este es el momento en que nosotros estamos en la cúspide”, rememoró orgulloso.

En 1976, esta gloria iberiana dio su gran salto a la gloria, recalando en Everton de Viña del Mar, donde viviría su periodo de mayor éxito como futbolista profesional.

CAMPEÓN DEL FÚTBOL CHILENO

El “Parao” como lo apodaban, según confidenció, fue campeón de primera división con los ruleteros ese año, disputando al año siguiente la Copa Libertadores de América, torneo en el cual no pudieron avanzar más allá de la fase de grupos.

De aquel plantel viñamarino campeón del fútbol nacional guarda los mejores recuerdos. “El técnico que teníamos era un gran hombre, Pedro Morales, que fue seleccionador chileno, fue campeón con Huachipato y Everton. Fue él quien me dio todas esas posibilidades, incluso el primer año jugué seis o siete partidos de central y luego me colocó de seis, porque me dijo que iba a andar bien por mis condiciones técnicas e inteligencia para jugar (…) el otro estuve viendo la final en mi celular y me emocioné”, expresó.

En aquel plantel compartió camarín con recordados futbolistas nacionales como los seleccionados chilenos para el Mundial de Alemania 1974, Leopoldo Vallejos, Mario Galindo, Sergio Ahumada, entre otros, y el goleador argentino Jorge Américo Spedaletti (el flaco).

En 1978 Humberto retorna a la zona para jugar por Naval de Talcahuano, donde permaneció hasta fines de la década de los 70. En los albores de la nueva década, en los 80, defendió los colores de Fernández Vial y Deportes Concepción, culminando su carrera con Iberia de Los Ángeles, donde fue partícipe de la mayor gesta deportiva, la Copa Polla Gol de 1984.

RETIRO DE LA ACTIVIDAD

Colgó los botines a los 42 años, a principios de los 90. Posteriormente hizo el curso de técnico, desempeñándose en cadetes en Deportes Concepción, donde en 1991 tuvo ocasión de compartir con destacados jugadores que integraron aquel plantel lila que disputó la Copa Libertadores de ese año: los argentinos Nicolás Villamil, Juan Carlos Almada, Héctor Adomaitis, y connacionales que después fueron llamados a la selección como Oscar Lee Chong, Miguel Ardiman, Marcelo Miranda, entre otros.

Hoy radicado en su ciudad natal y con la sabiduría que entrega el tiempo espera volcar toda su experiencia con los pequeños que participan de la escuela de fútbol de Iberia.

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