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La Tribuna

El fitball y el tratamiento de dolores musculares

por Sebastián Díaz

Pese a ser una disciplina que puede mejorar la salud corporal, también es conocido por solucionar problemas musculares.

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El fitball es una pelota redonda, rellena de aire y de grandes dimensiones, muy utilizada frecuentemente en los gimnasios como método de tonificación y fortalecimiento muscular, especialmente de los abdominales y zona lumbar, además de otras funciones de las que hablaremos más tarde, como ayudar a mejorar el equilibrio.

También recibe el nombre de balón suizo y su diámetro varía entre los 35 y los 85 cm. Además del uso como tonificador y fortalecedor, es un elemento muy utilizado en fisioterapia y rehabilitación.

El fitball, o balón suizo, fue ideado por un fabricante de plásticos italiano llamado Aquilino Cosani en el año 1963. La principal novedad que presentaba este producto era su capacidad de resistir en gran medida la acción de elementos punzantes y cortantes, es decir, presentaba una muy buena resistencia.

El primer nombre con el que fueron bautizadas fue el de "bolas Pezzi", y el primer uso que tuvieron dentro del mundo de la fisioterapia fue en el tratamiento de recién nacidos y bebés por parte de la fisioterapeuta británica, pero residente en Suiza, Mary Quinton. Años más tarde, la doctora suiza Susanne Klein-Vogelbach, directora de la Escuela de Terapia Física de Basilea, empezó a integrar este elemento dentro de la terapia física para el tratamiento del desarrollo neurológico en pacientes adultos con problemas médicos y ortopédicos.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL DOLOR EN LA ZONA LUMBAR

Una de las principales aplicaciones que tiene el fitball es el tratamiento del dolor o molestia en la espalda o zona lumbar. Uno de los principales motivos que causan el dolor o molestia en la espalda es la falta de trabajo de los músculos estabilizadores, de manera que la gran mayoría del esfuerzo recae sobre las articulaciones.

La realización de determinados ejercicios utilizando el fitball ayudará a activar estos músculos estabilizadores, por ejemplo, sentándonos encima de él. Al tratarse de un elemento inestable, nuestro cuerpo se va a ver obligado a mantener el equilibrio, y una de las consecuencias de este hecho va a ser que los músculos estabilizadores de la espalda se van a ver solicitados para ayudar en dicho cometido.

Las personas que padezcan de dolor de espalda causado por la ciática, la artritis de la columna vertebral, la estenosis espinal u otras patologías se pueden ver muy beneficiadas gracias al uso del fitball.

Pero no es necesario padecer dolor lumbar para animarse a utilizar este elemento. Su uso resultará una excelente forma de prevención de la aparición de dolores y molestias, mejorando nuestra postura, aumentando la fuerza de los músculos de esta zona, y mejorando la estabilización en general.

TRABAJO DE LOS MÚSCULOS ESTABILIZADORES

Como hemos apuntado, el fitball constituye una base inestable, por lo que va a resultar ideal para trabajar estos músculos. Cuando utilizamos máquinas o aparatos de musculación, nuestro cuerpo se ve sostenido por ellas, debido a esto, el trabajo se localiza casi en su totalidad en el músculo para el cual están diseñadas (bíceps, deltoides, dorsal...) viéndose los músculos estabilizadores muy poco o nada solicitados.

Mantener una posición sentada estática sobre el fitball se convertirá en un trabajo activo, ya que nuestro cuerpo se verá obligado a mantener el equilibrio trabajando estos músculos.

Rebotar sentados sobre el balón es otra forma de trabajar la estabilización, además de ser un ejercicio cardiovascular. En cada impacto nuestra columna se verá obligada a mantenerse recta con el consiguiente esfuerzo de los músculos estabilizadores y con la ayuda de los pies que estarán apoyados en el suelo.

Si permanecemos sentados nuevamente y vamos transfiriendo el peso a distintas zonas de nuestro cuerpo debido a que levantamos o extendemos una pierna o los brazos, o una pierna y un brazo simultáneamente, el cuerpo se verá obligado a reajustar su posición y a mantener el equilibrio.

Debemos tener en cuenta que, dependiendo de nuestra estatura, necesitaremos un tamaño determinado de balón, ya que cuando nos sentemos en él, las rodillas deberán formar un ángulo aproximado de 90 grados:

Menos de 1.53 --> 45 cm

1.54 - 1.70 --> 55 cm

1.71 - 1.80 --> 65 cm

Más de 1.80 --> 75 cm

FORTALECIMIENTO DE LA MUSCULATURA CORPORAL

Además de servir para el fortalecimiento y activación de los músculos estabilizadores, el fitball nos servirá también para trabajar el resto de nuestra musculatura corporal, bien siendo utilizado como elemento principal, o bien como complemento.

EJERCICIOS PARA FORTALECER EL CORE

Empezamos con el primer ejercicio para trabajar toda la musculatura de nuestra zona central o core, compuesta por los abdominales, lumbares, glúteos y músculos de la cadera. Para ello deberemos arrodillarnos sobre el fitball intentando mantener el torso erguido sin necesidad de apoyarnos en ningún otro sitio. Deberemos intentar mantener esta postura durante unos pocos segundos. Lógicamente, durante nuestros primeros intentos tendremos dificultades para mantener esta posición, por lo que podremos empezar apoyándonos en una pared o poniendo las manos sobre las rodillas.

Uno de los ejercicios más comunes en los que se utiliza el fitball son las flexiones o cruch abdominales. Para realizar este ejercicio nos apoyamos con la zona lumbar en el fitball, apoyamos los pies en el suelo separándolos la anchura de nuestras caderas y dejando las rodillas flexionadas. Colocamos las manos sobre la nuca y realizamos una flexión de abdominales, repitiendo el movimiento las veces necesarias.

Partiendo de la misma posición pero intentando elevarnos hacia los lados (hacia un lado cada vez de manera alterna) en lugar de al frente trabajaremos los abdominales oblicuos.

Otro ejercicio para trabajar los oblicuos es el siguiente, nos acostamos de forma lateral sobre el fitball apoyando la cadera y, con las piernas estiradas, apoyaremos los laterales de los pies en el suelo para conseguir una posición estable. Si no nos sentimos seguros en esta posición podemos apoyar los pies en la parte baja de una pared o en cualquier soporte que podamos improvisar y sea capaz de proporcionarnos estabilidad. Una vez estamos afirmados en esta posición ponemos las manos sobre nuestra nuca y, sin hacer fuerza con estas sobre el cuello, nos elevamos mediante una contracción abdominal lateral y volvemos a la posición inicial. Una vez hayamos terminado deberemos realizar el mismo ejercicio pero en el lado contrario.

Las extensiones abdominales nos proporcionarán un intenso trabajo en esta zona. Nos colocamos de rodillas en el suelo o sobre una colchoneta y apoyamos los antebrazos sobre el fitball. A partir de esta posición hacemos rodar el balón hacia adelante a la vez que extendemos los brazos y los abdominales, cuando hayamos llegado al final del recorrido volveremos a la posición inicial. Se debe apuntar que este ejercicio requiere cierto nivel, por lo tanto se recomienda a aquellas personas que cuenten con un abdominal trabajado. Una forma de aumentar aún más la dificultad del ejercicio consiste en apoyar las puntas de los pies en lugar de las rodillas.

 

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