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Este martes se confirmó la muerte del reconocido actor Héctor Noguera, una verdadera leyenda del teatro, el cine y la televisión nacional.
Tenía 88 años y en los últimos días se encontraba acompañado por su familia, enfrentando un delicado estado de salud. De hecho, este lunes el propio Presidente Gabriel Boric interrumpió una actividad oficial para despedirse del artista.
"Voy a ver a una persona que está próxima a partir", dijo en ese momento. Horas más tarde, desde Presidencia confirmaron que el mandatario había visitado a Noguera.
El Ministerio de las Culturas, Carolina Arredondo, también expresó su pesar en redes sociales:
"Despedimos con mucha tristeza a Héctor Noguera, actor, director y maestro del teatro chileno. Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales 2015, su talento, compromiso y sensibilidad dejaron un legado enorme en la cultura de nuestro país".
Héctor Noguera tuvo una trayectoria que abarcó más de seis décadas, marcada por su talento, su disciplina y su profundo amor por las tablas. Nació el 8 de julio de 1937 y descubrió su pasión por la actuación en el colegio San Ignacio.
Aunque en un comienzo estudió Arquitectura, pronto decidió cambiarse a Teatro en la Pontificia Universidad Católica de Chile, decisión que definiría su vida.
En los años 60 comenzó a hacerse conocido gracias a su participación en revistas de fotonovelas y sus primeras apariciones en el cine.
En 1961 debutó en Deja que los perros ladren, y pocos años después alcanzó reconocimiento internacional con su papel en El chacal de Nahueltoro (1969), una de las películas más importantes de la historia del cine chileno.
En teatro fue parte de múltiples compañías y en 1990 fundó su propio espacio, el Teatro Camino, donde desarrolló gran parte de su trabajo creativo. Actuó en obras icónicas como La pérgola de las flores, ¡Esta señorita Trini! y La vida es sueño.
En televisión, su rostro se volvió parte de la vida cotidiana de los chilenos.
Fue protagonista de recordadas teleseries como Sucupira, Romané, Pampa Ilusión, Machos, Perdona nuestros pecados y El señor de la querencia, entre muchas otras. Su capacidad para dar vida a personajes complejos y carismáticos lo convirtió en uno de los actores más admirados del país.
Hasta hace poco, seguía activo. Participó en la obra Hamlet deambula en círculos —donde volvió a interpretar al mítico príncipe danés— y en Caballo de feria, un montaje escrito y protagonizado por él mismo. Además, formaba parte de la teleserie Aguas de oro de Mega, aunque debido a su salud, sus escenas se grababan a través de videollamadas.
Durante su carrera recibió innumerables premios, entre ellos seis APES, un Altazor, dos Caleuche y, en 2015, el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales. Hace poco, una encuesta de Cadem lo reconoció como el mejor actor de la historia de Chile.
Su partida deja un enorme vacío en la cultura nacional, pero también una huella imborrable en quienes crecieron viéndolo, aprendieron de él o se emocionaron con alguno de sus personajes.
Con su elegancia, su voz inconfundible y su amor por el arte, Héctor "Tito" Noguera se despidió de este mundo, pero seguirá vivo en cada escenario, en cada pantalla y en la memoria colectiva de Chile.
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