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A sus 49 años es madre de dos hijos y se ha consolidado como una referente local en la defensa y transmisión del conocimiento mapuche, un legado que entiende como una misión ancestral.
Su rol como mediadora intercultural del Museo de Platería Mapuche Lepün Kuifi Kimün perteneciente a la Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles (CCMLA), le ha permitido abrir espacios de diálogo y entendimiento en torno a la cosmovisión de su pueblo.
Para ella, la tarea de visibilizar la cultura mapuche y darla a conocer a las nuevas generaciones no es un trabajo más, sino un compromiso que nace de su propia historia y de la de sus ancestros.
Johany nació en Los Ángeles, pero sus raíces se extienden hasta Pitrufquén, en Temuco, lugar de origen de su familia paterna. Creció consciente de la importancia de su herencia cultural y, desde muy joven, se involucró en la vida comunitaria.
Lleva más de 15 años formando parte activa de una organización mapuche, donde se ha desempeñado como dirigente social y cultural.
Es ingeniera en administración con mención en administración pública y está certificada por el Centro de Estudios del Mundo Mapuche, Wallmekintun, en filosofía ancestral y sistema médico mapuche.
Además, ha participado en diversas instancias orientadas a la revitalización de las lenguas originarias, como el mapudungun y el chesungun.
Para Johany, la mediación intercultural es mucho más que explicar contenidos. Se trata de entregar información que esté en sintonía con la misión y visión del Lepün Kuifi Kimün: concientizar sobre la importancia y la significancia de la cultura mapuche.
En un contexto donde gran parte de la población mapuche —más del 60%, según ella misma señala— se encuentra hoy radicada en ciudades como Santiago, el rol de la mediación cobra aún mayor relevancia.
Johany se reconoce en múltiples dimensiones: como madre de dos hijos pequeños, como mujer mapuche y como dirigente social. En cada una de esas facetas reivindica el valor de las mujeres indígenas en la construcción de la sociedad.
Para ella, el aporte más significativo de las mujeres mapuches ha estado en la educación y la vida comunitaria. "Somos transmisoras del conocimiento, de la sabiduría y de la crianza respetuosa. Nuestra forma de enseñar fomenta el respeto y la equidad", asegura.
Desde su rol y experiencia, aunque reconoce avances importantes en materia de visibilidad y participación política del pueblo mapuche en Chile, Johany también es enfática en señalar que aún existen grandes deudas.
La educación intercultural, dice, debe comenzar desde la infancia y formar parte de las políticas públicas, no como un añadido, sino como un pilar fundamental.
Asimismo, menciona la falta de equidad en el sistema educativo, la escasa incorporación de la mirada intercultural en salud y la deuda histórica en cuanto a restitución territorial.
Asimismo, indicó que el desafío está en implementar nuevas políticas públicas que respondan a las necesidades de "nuestros lamngen mapuches".
También, consideró relevante contar con un "mayor acceso a la educación, donde se incorpore, además, la educación intercultural desde lo básico y desde la base, que son nuestros niños, buscando el itrofil mingüen —o equilibrio—. También, el derecho a la salud desde la mirada intercultural, y que se respeten nuestras creencias y sistemas de valores".
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