Cultura

Reconocen como Monumentos Nacionales a históricos fuertes coloniales del Biobío

Los fuertes Ballenar y Príncipe Carlos, en Antuco y Santa Bárbara respectivamente, fueron reconocidos como Monumentos Nacionales, como parte de la "Ruta de los Fuertes del Biobío".

La declaratoria patrimonial consolida un circuito que une comunidades, territorios y relatos identitarios., Diario La Tribuna
La declaratoria patrimonial consolida un circuito que une comunidades, territorios y relatos identitarios. / FUENTE: Diario La Tribuna

Después de más de dos siglos, el eco de la historia vuelve a instalarse sobre los cimientos de tierra y piedra. Esta vez no con pólvora ni frontera, sino con memoria y reconocimiento.

El Consejo de Monumentos Nacionales aprobó por unanimidad la declaratoria como Monumento Histórico de los fuertes Ballenar (Antuco) y Príncipe Carlos (Santa Bárbara), integrándolos a un circuito mayor que incluye también a Talcamávida y Mesamávida, bajo la "Ruta de los Fuertes del Biobío".

UN ANTES Y UN DESPUÉS

Este hito, sin duda, marca un antes y un después para la provincia de Biobío, pues no se trata solo de ruinas, sino que de piezas clave para la comprensión de la historia fronteriza del sur de Chile.

Son espacios que, cabe recordar, fueron escenario de encuentros —y también desencuentros— entre pehuenches, españoles, criollos y chilenos; entre culturas, intereses y geografías que tejieron la compleja trama de la región del Biobío como frontera por más de tres siglos.

Estas estructuras son parte de un sistema de fortificaciones que jugaron un papel importante en la historia zonal y en la relación entre indígenas, españoles y chilenos. La declaratoria como monumentos nacionales busca asegurar su protección y difusión para las futuras generaciones.

¿QUÉ IMPLICA SER MONUMENTO NACIONAL?

Desde el Consejo se subraya que esta figura legal, técnica y simbólica protege los bienes patrimoniales, impide su alteración sin autorización estatal, y habilita el acceso a fondos para su conservación.

Orleans Romero Melipillán, encargado regional del Consejo de Monumentos Nacionales, valoró esta decisión como "un reconocimiento del Estado y una proyección de futuro para las comunidades", señalando además que "estas estructuras son parte de la identidad territorial".

Asimismo, sostuvo que "muchas veces las personas no saben dónde están, no los reconocen, pero esto los instala como parte de su identidad y del relato territorial".

UN PROYECTO QUE TOMÓ AÑOS Y REUNIÓ DISCIPLINAS

Este hito histórico y cultural para la provincia es el resultado de casi una década de trabajo multidisciplinario liderado por el Centro del Patrimonio Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CENPUC), que contó con el apoyo de municipios, comunidades educativas, juntas vecinales y organizaciones indígenas.

Luis Tolosa Torres, coordinador de terreno de la investigación llevada a cabo por la Escuela de Arquitectura de la PUC entre los años 2017 y 2018, cuyo título es "Levantamiento, visualización y difusión del sistema de fortificaciones del Biobío", conversó con Diario La Tribuna sobre el tema.

"El trabajo investigativo sobre el sistema defensivo del río Biobío comenzó en 2015, y desde entonces se desarrollaron múltiples estudios en torno a las distintas plazas fuertes que existieron en la región. Estas estructuras defensivas han sido fundamentales en la evolución del territorio y son, en muchos casos, el origen de las actuales ciudades y comunas del Biobío", sostuvo.

Posteriormente, informó que en 2016 presentaron un proyecto al Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart) que fue adjudicado en 2017, bajo el mismo nombre del estudio.

Uno de los principales resultados fue la elaboración de los expedientes necesarios para solicitar la declaratoria como monumentos nacionales de los fuertes de Ballenar, en Antuco; Príncipe Carlos, en Santa Bárbara; Mesamávida, en Los Ángeles; y Talcamávida, en Hualqui.

"Esto surgió a raíz del hallazgo de que estas piezas militares, pese a su relevancia histórica y territorial, no contaban con protección adecuada. Por ello, en mayo de 2018 ingresamos formalmente la solicitud ante el Consejo de Monumentos Nacionales para que fueran declarados monumentos nacionales, en la categoría de Monumento Histórico", explicó el especialista.

A LA ESPERA DE LA OFICIALIZACIÓN

Luis Tolosa Torres apuntó que se encuentran a la espera del decreto correspondiente para oficializar esta noticia, que alegró el corazón de la provincia de Biobío y sus comunidades, en especial, el de aquellos vecinos y vecinas que por años trabajaron en concretar este deseo.

"Como equipo de investigación estamos muy contentos de que, después de casi 7 años, esta solicitud haya sido acogida. Ayer se presentó oficialmente y fue aprobada por unanimidad por el Consejo de Monumentos. Ahora estamos a la espera del decreto correspondiente y de su publicación en el Diario Oficial, lo que permitirá que este patrimonio pueda ser reconocido y valorado por toda la provincia y la región del Biobío".

Finalmente, señaló que este acontecimiento reviste de gran importancia, pues para las comunas de Antuco, Santa Bárbara y Quilaco será el primer monumento nacional dentro de su territorio.

"Esto representa un hito significativo, ya que permite poner en valor parte de la historia local y, por primera vez, otorgar a estas comunidades el reconocimiento de contar con un monumento histórico de carácter nacional", reflexionó.

Desde la arquitectura hasta la antropología, el estudio permitió no solo identificar y describir los vestigios físicos, sino también revalorizar el significado cultural de estos espacios para las comunidades actuales.

"Estos fuertes son mucho más que estructuras defensivas", sostiene Emilio de la Cerda, director de Patrimonio Cultural de la PUC. Articulaban formas de vida fronteriza: eran lugares de intercambio, como aduanas entre mundos. Esos cruces entre lo mapuche y lo hispano fundan mucho de lo que hoy somos. Esta declaratoria permite darles sentido en clave local y también continental", comentó el académico.

En un país donde el olvido muchas veces gana terreno, rescatar la historia de estos fuertes es también un acto de justicia y cuidado.




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