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La Tribuna

Gonzalo Rojas: el escritor chileno al que Google dedicó un doodle

por Sofía Meier Améstica

Este martes 20 de diciembre se conmemora el nacimiento del escritor, poeta y profesor chileno.

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Perteneció a la aclamada generación de 1938. Un exponente de la poesía hispanoamericana del siglo XX, su obra se enmarca en la tradición continuadora de las vanguardias literarias latinoamericanas. Fue galardonado, entre otros, con los premios Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 1992, Nacional de Literatura de Chile 1992 y Cervantes 2003. Su obra ha sido traducida a una veintena de idiomas.

Hoy Google recuerda los 106 años de Gonzalo Rojas, el poeta, diplomático y docente chileno que ganó el Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992. Estudió Derecho y Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y se desempeñó más tarde como académico en Valparaíso y Concepción. En esta última ciudad, a la que lo une un profundo vínculo, dictó clases de estilo y de estética literaria en la Universidad de Concepción, cuyo Departamento de Castellano fundó y dirigió. Además ejerció la docencia en universidades de Alemania, Venezuela y Estados Unidos.

Autor fragmentario, Rojas sólo publicó tres libros entre 1948 y 1977, lo que no le impidió, sin embargo, ser considerado ya desde sus comienzos como una de las voces de mayor importancia para la poesía chilena del siglo XX. Gonzalo Rojas murió en Santiago, el 25 de abril del 2011, a la edad de 94 años. Antes de ser trasladado a Chillán, donde fue sepultado, recibió el homenaje del pueblo y del gobierno de Chile en el Palacio del Museo de Bellas Artes de la capital chilena.

EL SOL Y LA MUERTE: UN EXTRACTO DE SU OBRA "LA MISERIA DEL HOMBRE"

El sol y la muerte

Como el ciego que llora contra un sol implacable,
me obstino en ver la luz por mis ojos vacíos,
quemados para siempre.

¿De qué me sirve el rayo
que escribe por mi mano? ¿De qué el fuego,
si he perdido mis ojos?

¿De qué me sirve el mundo?

¿De qué me sirve el cuerpo que me obliga a comer,
y a dormir, y a gozar, si todo se reduce
a palpar los placeres en la sombra,
a morder en los pechos y en los labios
las formas de la muerte?

Me parieron dos vientres distintos, fui arrojado
al mundo por dos madres, y en dos fui concebido,
y fue doble el misterio, pero uno solo el fruto
de aquel monstruoso parto.

Hay dos lenguas adentro de mi boca,
hay dos cabezas dentro de mi cráneo:
dos hombres en mi cuerpo sin cesar se devoran,
dos esqueletos luchan por ser una columna.

No tengo otra palabra que mi boca
para hablar de mí mismo,
mi lengua tartamuda
que nombra la mitad de mis visiones
bajo la lucidez
de mi propia tortura, como el ciego que llora
contra un sol implacable.

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