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Eso es lo que relata Edgardo Navarrete, vecino del conjunto habitacional Retiro Sur, en el sector Galilea de Los Ángeles, quien asegura que su vivienda presenta fallas estructurales que se hicieron notorias poco tiempo después de recibir sus llaves, hace más de cuatro años.
Tras los primeros reclamos, la inmobiliaria realizó un estudio del terreno y confirmó que la casa tenía una inclinación de ocho centímetros entre un extremo y otro.
Aunque el informe minimizaba el daño, Navarrete cuenta que con el paso del tiempo los efectos fueron cada vez más notorios: "Se notaba a simple vista. Los muebles quedaban chuecos y los juguetes de mi hijo rodaban solos".
La llegada del invierno, las lluvias y el ablandamiento del terreno agravaron la situación. Un estudio privado encargado por la familia determinó que la inclinación había aumentado, lo que acrecentó la preocupación.
De acuerdo con el testimonio del denunciante, la empresa envió personal técnico en varias oportunidades, pero las reparaciones fueron más bien cosméticas.
A pesar de los reiterados reclamos, asegura que nunca obtuvo una respuesta concreta. "Hasta ahora nadie nos ha dado una solución real. Siempre dicen que lo van a ver, que lo van a informar, pero no pasa nada. Uno se cansa de reclamar y ver que todo sigue igual", expresa.
El daño, cuenta Edgardo Navarrete, se ha extendido por distintos sectores de la casa, lo que ha generado preocupación por la seguridad de su familia.
A eso se suma el desgaste emocional y económico: "Uno tiene que seguir pagando el dividendo, pero además gastar en arreglos que deberían estar cubiertos. Es una impotencia grande, porque no es cualquier cosa: es tu casa, tu esfuerzo".
Cansados de no recibir soluciones, Edgardo y su pareja decidieron iniciar acciones legales contra la empresa. Contrataron un abogado, pero el primer juicio fue desestimado por errores administrativos.
Tiempo después, volvieron a intentarlo. Esta vez, la inmobiliaria les ofreció dos alternativas: trasladarse a otra vivienda del mismo proyecto o recibir el reembolso de lo pagado hasta ese momento.
Ante la falta de opciones, optaron por el reembolso. Sin embargo, también hubo complicaciones con BancoEstado —la entidad que gestionó el crédito hipotecario— y finalmente tampoco pudieron concretar esa alternativa.
A cuatro años de iniciada la odisea, Navarrete sigue esperando una respuesta formal.
"Queremos que se hagan responsables, que revisen bien la casa y reparen lo que está mal. No pedimos nada más, solo que cumplan con lo que corresponde", sostiene.
Hasta ahora, dice no haber recibido ninguna visita de supervisión ni una comunicación definitiva por parte de la empresa. "Seguimos esperando. Lo único que pedimos es que nos escuchen y respondan como corresponde", concluye.
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