Regístrate Regístrate en nuestro newsletter
Radio San Cristobal 97.5 FM San Cristobal
Diario Papel digital
La Tribuna

Brayan Castillo: la historia del militar angelino que perdió sus piernas y hoy inspira desde el deporte

por Jeremy Valenzuela Quiroz

El cabo segundo del Ejército perdió ambas extremidades tras ser atropellado durante un control vehicular en Curicó, en enero de 2021. Tras un año y medio de rehabilitación, encontró en el powerlifting y el crossfit adaptado su nueva pasión deportiva.

Brayan Castillo: la historia del militar angelino que perdió sus piernas y hoy inspira desde el deporte / Diario La Tribuna

La noche del 8 de enero de 2021 marcó para siempre la vida del entonces cabo segundo del Ejército de Chile, Brayan Castillo, quien entonces tenía 27 años.

Mientras realizaba un control vehicular en pleno toque de queda en Curicó, un automóvil lo atropelló a gran velocidad, lo que lo dejó atrapado entre dos vehículos: "Yo estaba de espalda, mirando hacia adentro del vehículo. Me chocó por detrás y quedé entremedio", relata Castillo.

El impacto fue de tal magnitud que perdió ambas piernas de forma instantánea: "Mis compañeros actuaron rápido, me hicieron un torniquete con un cinturón y lograron llevarme al hospital. Eso me salvó la vida", recuerda hoy, con crudeza pero también con serenidad.

UN CAMBIO DE VIDA

Tras varios días en coma inducido y dos meses de hospitalización, Brayan inició una larga rehabilitación que se extendió por un año y medio. Sin embargo, su actitud y mentalidad marcaron la diferencia para no desmotivarse y seguir su vida con el mismo ánimo de siempre.

"Yo no tengo rencor, porque es un sentimiento que no me deja avanzar. Mi pelea es poder levantarme de la silla y caminar otra vez", aseguró entonces desde el Hospital Militar, donde comenzó un exigente proceso kinesiológico.

La kinesióloga María Verónica Álvarez, quien posee más de 20 años de experiencia, fue testigo de su temple: "Nunca había atendido un paciente con amputación tan alta. Ha sido un desafío enorme, pero él es un ejemplo de superación, de no quedarse pegado y avanzar".

EL DEPORTE COMO UN MOTOR PARA CONTINUAR

Lejos de resignarse, Brayan retomó uno de sus motores vitales: el deporte. Antes del accidente fue boxeador, ciclista y atleta aficionado, por lo que siempre estuvo ligado al deporte y al ejercicio físico que desempeñaba en la institución.

Tras la amputación, encontró en la natación paralímpica un nuevo desafío y, a los pocos meses de intensa práctica, logró obtener un récord nacional. Sin embargo, al regresar a su tierra natal, en la capital provincial de Biobío, debió abandonar sus entrenamientos debido a que la comuna no contaba con la infraestructura apropiada para practicar la disciplina en alto rendimiento.

Esto no fue un impedimento para Brayan y, fiel a su mentalidad resiliente, buscó una nueva disciplina para seguir desarrollando su espíritu deportivo. Se adentró en el powerlifting y el crossfit adaptado, y comenzó a entrenar en Los Ángeles bajo la guía de especialistas y con el apoyo de prótesis que lo ayudan a mantenerse de pie.

Sin embargo, asegura que no fue fácil adaptarse: "Las prótesis son difíciles. Hay que usar músculos que no están hechos para eso, pero uno se adapta. A veces debo entrenar sin ellas para levantar más peso. Todo es disciplina", comenta.

Hoy, a sus 32 años y tras un largo período de entrenamiento, se prepara para participar en su primera competencia de powerlifting en Los Ángeles, donde continúa perfeccionando su rendimiento.

EL APOYO FAMILIAR

A lo largo de estos años, Brayan no ha estado solo. Asegura que Francisca, su pareja, ha sido un pilar fundamental para su motivación y para continuar con su carrera deportiva: "Ella siempre está buscándome nuevos desafíos, diciéndome que sí puedo, que intente una y otra vez. Me acompaña a todas las competencias, me lleva a entrenar y es la primera en motivarme cuando flaqueo", cuenta con gratitud.

Su hija pequeña también se transformó en una inspiración constante: "Cuando desperté del coma, lo primero que vi fue a mi señora. Después, el rostro de mi hija fue mi motor. Por ellas no me podía rendir. Cada vez que las tengo cerca siento que todo vale la pena", relata emocionado.

Ese apoyo incondicional ha marcado la diferencia a lo largo de estos años. Mientras Brayan se exigía en las terapias y entrenamientos, su familia le daba la fuerza emocional para no bajar los brazos.

"Mi señora y mi hija son mi equipo. Sin ellas, quizás no estaría aquí, peleando y soñando con volver a competir", asegura.

LO QUE SE VIENE

Brayan se proyecta como deportista paralímpico. Si bien asegura que "es complicado", irá avanzando paso a paso, competencia a competencia, para perfeccionarse en la disciplina.

Su historia, marcada por el dolor y la superación, se ha convertido en un testimonio de resiliencia para muchos chilenos en todo el país, que lo ven como un verdadero ejemplo mediante sus redes sociales.

"La gente a veces cree que no tiene nada, pero tiene más de lo que imagina. La fuerza está adentro. Sufrir es parte del proceso, porque sentir es estar vivo", reflexiona.

Síguenos: Google News
banner redes
banner redes banner redes banner redes banner redes banner redes

¿Quieres contactarnos? Escríbenos a [email protected]

Contáctanos
EN VIVO

Más visto