Crónica Ciudadana

Apoderados piden soluciones ante inundaciones en Colegio Beato Damián de Molokai

Centro de Padres acusa abandono por parte de la Fundación Juan XXIII, mientras director defiende las obras realizadas y atribuye el último anegamiento a causas externas al establecimiento.

Coelgio Beato Damián de Molokai Los Ángeles
Desde el Centro de Padres abogan por el fin de un problema histórico, mientras la dirección respalda el trabajo de la Fundación Juan XXIII para prevenir nuevas inundaciones como la registrada en 2024. / FUENTE: Cedidas

Las lluvias del 30 y 31 de julio obligaron a suspender clases por dos días en el Colegio Beato Damián de Molokai, ubicado en el sector sur de Los Ángeles, lo que reavivó el malestar de apoderados que denuncian inundaciones recurrentes desde 1996. El director José Luis Montero aseguró que las reparaciones "han dado resultado" y que el último anegamiento se debió a una acumulación de tierra que desvió el caudal del estero Paillihue hacia el recinto.

Ubicado en calle Santa Marta 1397, en la Villa Todos los Santos, el Colegio Beato Damián de Molokai colinda directamente con el estero Paillihue, un cauce natural que cruza la ciudad de norte a sur por este sector, hasta una nueva villa en construcción y al borde del humedal Cantarrana.

Desde su fundación en 1996, la cercanía al cauce ha significado enfrentarse regularmente a inundaciones que afectan tanto la infraestructura como el normal desarrollo de clases. La más reciente se registró tras el sistema frontal del miércoles 30 y jueves 31 de julio, cuando el estero se desbordó nuevamente.

"SOMOS EL HERMANO POBRE DE LA FUNDACIÓN"

Desde el Centro de Padres del establecimiento expresaron que lo ocurrido la semana pasada no constituye una novedad, sino la repetición de un problema crónico sin solución estructural a la vista.

"Como todos los años, el colegio se inunda. Es la misma historia. Esta vez el agua entró incluso al segundo piso del edificio, donde están las salas de quinto a octavo básico. Todo está húmedo, las paredes gotean y hay espacios donde los niños no pueden entrar por las condiciones insalubres", relataron desde la directiva.

Los cursos de quinto a octavo fueron reubicados temporalmente en la sala de computación, la biblioteca, el comedor y la sala de inglés, lo que permitió retomar las clases tras dos días de suspensión.

Según plantean, las filtraciones y los hongos afectan incluso a niños con enfermedades respiratorias, como asma.

"Mi hijo ha sido hospitalizado dos veces. Y en segundo básico, por ejemplo, hay un hongo inmenso que lleva mucho tiempo ahí por una gotera", aseguraron.

A esto se suma una crítica directa a la Fundación Juan XXIII, sostenedora del establecimiento. Desde el Centro de Padres señalaron sentirse relegados frente a otros colegios de la misma red.

"Nosotros nos sentimos el hermano pobre de la fundación. Vemos que hay recursos para otros colegios, pero no para resolver un problema que llevamos denunciando hace años. Incluso el nivel de prekínder tiene solo 10 niños, porque los apoderados están dejando de matricular por esta razón", aseguraron desde la organización.

También apuntaron a la falta de canales fluidos de comunicación con la dirección del colegio y advirtieron que varios estudiantes se han retirado tras las vacaciones de invierno. "Ya estamos viendo el impacto en pérdida de matrícula, y eso también afecta a la propia fundación", lamentaron.

RESULTADO DE LAS MEDIDAS

Consultado por este medio, el director del Colegio Beato Damián de Molokai, José Luis Montero Barra, descartó que la última inundación haya sido provocada por fallas en el interior del terreno del colegio. A su juicio, el agua ingresó debido a un tapón de tierra que se acumuló más al sur del estero, producto de trabajos incompletos en una curva del cauce.

"El estero fue limpiado por una máquina de forma muy eficiente, pero quedó una acumulación de tierra que generó algo así como un dique. Eso desvió el caudal hacia el colegio cuando llovió fuerte. No fue el estero frente al colegio; ese está contenido gracias al muro construido con apoyo de la fundación, el cual ha funcionado correctamente desde su instalación", explicó.

José Luis Montero.

Montero detalló que desde el año pasado se han implementado múltiples mejoras preventivas. Entre ellas, el levantamiento de un sistema de desagüe para evitar el reflujo de agua desde el estero y la instalación de motobombas para evacuar rápidamente en caso de emergencia.

"Todos los trabajos que ha realizado el colegio con apoyo de la Fundación Juan XXIII han dado resultado. Tenemos un muro muy alto, muy bueno, que nunca más permitió que el agua entrara desde el estero. También el año pasado, cuando el agua entró por el lado de una casa del sector norte —en el pasaje Santa Teresa— no pasó nada. Entonces, todas las reparaciones han sido efectivas", afirmó.

José Luis Montero.

Respecto a los cuestionamientos de los apoderados sobre la priorización de recursos, el director aseguró que el colegio ha sido acompañado en cada emergencia.

"Siempre planificamos juntos las medidas. El año pasado vino incluso la delegación provincial y se aplicaron las soluciones propuestas. La fundación ha estado presente. Entiendo que algunos padres deseen un colegio nuevo, pero eso depende de recursos que no siempre están disponibles de inmediato", respondió.

José Luis Montero.

Sobre el estado actual del recinto, Montero indicó que se ha reubicado a los cursos de quinto a octavo básico en otras dependencias como la biblioteca, la sala de inglés y el comedor, mientras se termina la deshumidificación del edificio principal.

"Los baños y salas han sido sanitizados. Este lunes tuvimos un 72% de asistencia, lo que demuestra confianza de muchas familias. Además, vamos a crear una comisión del comité paritario para que los propios profesores evalúen si las salas están en condiciones de ser utilizadas esta semana".

José Luis Montero.

Asimismo, Montero descartó que el agua haya entrado al segundo nivel del edificio.

¿El colegio podría trasladarse?

Desde el Centro de Padres se ha planteado con insistencia la necesidad de una solución estructural definitiva, como el traslado del establecimiento a un terreno distinto. Sin embargo, desde la dirección no se comprometieron con esa idea ni con plazos concretos, apuntando a que se trata de una aspiración sujeta a disponibilidad de recursos y voluntad institucional.

En cuanto a un eventual traslado del colegio o reconstrucción, el director sostuvo que "es una gestión que ya iniciamos. Creo que se va a concretar, aunque no sé si será pronto. Lo que sí tengo claro es que el nuevo colegio no debe construirse aquí, sino en otro lugar", afirmó Montero.




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