Una etapa preliminar de recopilación de testimonios y antecedentes sobre el sacerdote Félix Pedro Eicher Bongartz, quien falleció en 2014, fue iniciada oficialmente por la Parroquia Cristo Rey de Laja.
Esta fase busca preparar una eventual postulación formal ante el Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano, respaldada por la Diócesis Santa María de Los Ángeles.
SISTEMATIZACIÓN DE LA MEMORIA COLECTIVA
La iniciativa se encuentra en su primera etapa y tiene como objetivo recoger testimonios escritos que den cuenta de las "virtudes heroicas" del padre Félix y de favores atribuidos a su intercesión. La recopilación constituirá la base para evaluar la apertura de una causa formal, en caso de cumplir con los requisitos establecidos por la Iglesia Católica.
"El padre Félix, que en paz descanse, durante su vida y también después de su muerte tenía fama de santidad. Eso ha perdurado en el tiempo, a pesar de los años que lleva fallecido", explicó el padre Álex Mauricio Zapata Sandoval, párroco de Santa María Madre de la Iglesia y vicario judicial de la diócesis.
Zapata agregó que "en esta etapa no se puede hablar de milagros, sino de favores obtenidos por intercesión. Eso ahora se va a recoger de manera sistemática en la parroquia".
El proceso inicia con la presentación de testimonios escritos, cada uno de media hoja tamaño carta, en los que los fieles relaten una virtud específica del sacerdote —como su dedicación a la oración o su caridad pastoral— o bien cuenten un favor concedido tras invocar su ayuda por medio de la oración. La documentación se recibirá en la oficina parroquial de Cristo Rey de Laja.
El padre Zapata enfatizó que este momento "es una etapa previa, parroquial, en la que se busca que los testimonios de la comunidad ya no circulen solo de manera oral, sino que se pongan por escrito". Una vez reunida una cantidad representativa —en torno a 40 o 50 testimonios— estos serán evaluados por el obispo de la diócesis para discernir si corresponde avanzar a una etapa formal.
LEGADO DE MEDIO SIGLO EN LAJA
El sacerdote Félix Eicher, de origen belga, llegó a Laja en los años posteriores a su paso por Argentina y fundó la Parroquia Cristo Rey, donde ejerció como párroco durante casi 50 años. Su legado pastoral, arquitectónico y espiritual permanece vivo en la memoria de la comunidad.
"El padre Félix se caracterizaba por su profunda vida de oración, por su trabajo apostólico incansable y por ser un hombre muy ordenado", relató el padre Tomás Riffo Riquelme, actual párroco de Cristo Rey.
El sacerdote también destacó el vínculo estrecho del padre Eicher con la comunidad lajina: "Era un hombre muy vinculante, incluso con las empresas locales, lo que le permitió avanzar en lo social y en lo eclesial".
Riffo explicó que esta postulación preliminar surgió desde la comunidad, pero también como respuesta a una invitación del obispo Cristián Castro Toovey durante la última Misa Crismal.
"Nos estamos guiando por el derecho canónico, y ha sido muy bien recibido por la comunidad. Es bonito ver cómo las personas van reconociendo la trayectoria del padre Félix", sostuvo el líder espiritual de la Parroquia Cristo Rey.
Claves del proceso
Según explicó el padre Álex Zapata, esta etapa inicial, conocida como fase preliminar, tiene por objetivo reunir testimonios que den cuenta de la "fama de santidad" del padre Félix Eicher, así como relatos de favores que las personas atribuyan a su intercesión en oración.
No se trata aún de una causa formal y tampoco corresponde hablar de milagros en este momento, ya que el sacerdote no ha sido declarado siervo de Dios ni beato. La Iglesia utiliza en esta etapa el término "favores" y no "milagros", precisamente porque estos últimos requieren una investigación canónica y científica posterior, que incluye la revisión de informes médicos para descartar explicaciones naturales.
De prosperar esta fase comunitaria, el proceso podría avanzar hacia una segunda etapa conocida como fase diocesana, en la que se investiga rigurosamente la vida del sacerdote. Esta última requiere la conformación de un tribunal eclesiástico que tome declaraciones formales bajo juramento de confidencialidad.
Las personas que entregan su testimonio no pueden compartir detalles sobre las preguntas o sus respuestas, ya que podrían influir en otros testigos. En esta instancia se revisan también los escritos, decisiones y trayectoria del sacerdote para descartar cualquier hecho incompatible con la vida cristiana. Si surgieran antecedentes que cuestionen su conducta o su fe, la causa no avanzaría.
El proceso es extenso y puede tardar muchos años. Por lo pronto, el llamado de la parroquia es a quienes conocieron al padre Félix a escribir sus testimonios, ya sea sobre su vida espiritual o sobre algún favor que atribuyan a su intercesión.