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Representantes del sector de la Vega Techada, en la comuna de Los Ángeles, expresaron preocupación por la inseguridad que enfrentan a diario los usuarios del terminal de buses rural.
El presidente de Comivela y Sotreinvela, Pedro Valdés, detalló que el cierre anticipado del Centro Comercial emplazado en el sector, y que bloquea uno de los accesos claves al terminal, obliga a los pasajeros a transitar por sectores mal iluminados y peligros.
Desde hace un tiempo, expresó el dirigente, se modificó el horario de cierre de este centro comercial a las 19:00 horas, lo que implica que a esa hora se cierran las tres puertas de acceso que conectan directamente con el terminal de buses, particularmente por la entrada de Villagrán.
El cierre de estas puertas ha alterado profundamente la dinámica de acceso y salida del terminal. Según detalló Valdés, antes existía la posibilidad de que los pasajeros pudieran cruzar por el pasillo tres, un corredor dentro del centro comercial que se mantenía abierto hasta la salida del último bus. Sin embargo, esta opción ya no está disponible.
"La gente que toma los buses a las 19, 19:30 o 20:00 horas, tiene que salir por el costado norte de la comunidad de frutas y verduras, por la calle entre Super Pollo", explicó el dirigente.
Este camino alternativo, afirmó Valdés, es oscuro y cuenta con muy poca iluminación, lo que genera un entorno percibido como peligroso, especialmente para mujeres, estudiantes, personas mayores y familias con niños o coches.
Además, el dirigente destacó que la falta de iluminación y el abandono de esa zona representan una amenaza constante para los transeúntes. "Es muy peligroso, sobre todo a esas horas. Hemos visto últimamente a estudiantes, trabajadores, gente con coches. No es un lugar seguro", sostuvo Valdés.
Frente a esta problemática, el dirigente fue claro en proponer una solución concreta y directa: reabrir el pasillo tres hasta que se retire el último bus.
En este contexto, sostuvo que "esa siempre fue la medida habitual. No sabemos por qué se cambió", y agregó que cuando se implementaron los pasillos laterales, también se colocaron rejas específicamente para permitir el cierre seguro, sin afectar el paso por el pasillo principal.
El dirigente recordó que en años anteriores esta salida se mantenía operativa como norma, con la debida protección y resguardo, permitiendo una circulación segura desde el centro comercial hasta el terminal. Ahora, con su cierre, la comunidad queda expuesta a una situación que consideran evitable.
Pero el problema no solo se presenta al final del día. Según Valdés, el horario de apertura en la mañana también está generando dificultades importantes.
Actualmente, el terminal abre sus puertas a las 7:30 de la mañana, cuando -en realidad- ya a las 7:00 horas comienzan a llegar personas provenientes de comunas cercanas, muchas de las cuales traen productos para vender o para efectuar compras en el sector.
"Llegan y no tienen por dónde salir. No hay carabineros a esa hora, solo dos guardias", expresó Valdés.
En ese contexto, explicó que los pasajeros se ven forzados a buscar salidas improvisadas, como caminar por la orilla del río Quilque o por calles peligrosas y sin vigilancia, lo cual incrementa aún más los riesgos en materia de seguridad.
Valdés considera que la solución aquí también es bastante directa: adelantar la apertura del terminal a las 7:00 de la mañana, de modo que coincida con la llegada del flujo de personas desde otras comunas. Esta medida permitiría un tránsito fluido y seguro desde los terminales hacia el centro de abastos y el centro de la ciudad.
A lo anterior se suma una crítica que se ha vuelto constante entre locatarios y vecinos: la falta de presencia por parte de Carabineros en el sector.
"La verdad es que se ve poco resguardo policial en este tiempo, por un tema de que no hay carabineros", lamentó Valdés. Según él, tanto en la mañana como en la tarde la escasa presencia de fuerzas del orden contribuye a una sensación de abandono que afecta a los usuarios del terminal y a los trabajadores del sector comercial.
Si bien Valdés sugirió la posibilidad de un refuerzo policial en los horarios críticos, también fue claro al señalar que la solución inmediata es reabrir el paso seguro por el pasillo 3.
"No hemos tenido conversación aún con la municipalidad, pero creemos que se debe retomar la práctica de dejarlo abierto hasta que salga el último bus", reiteró.
Finalmente, Valdés realizó un llamado a las autoridades locales para que escuchen las preocupaciones de la comunidad. Indicó que tanto los locatarios como los usuarios del terminal esperan que se adopten medidas prácticas y rápidas que restituyan las condiciones mínimas de seguridad.
El caso que plantea no es aislado. Se trata de un reflejo de las tensiones crecientes entre medidas administrativas —como cambios en horarios de cierre y apertura— y las necesidades reales de una comunidad que depende del transporte público y de espacios seguros para desplazarse.
Desde el Dirección de Seguridad de la municipalidad de Los Ángeles relataron saber que se trata de un sector que es complejo; por lo mismo, siempre estará incluido dentro de los servicios, en materia de patrullajes, que ofrece el municipio en materia de seguridad.
Atendido los hechos y las solicitudes expuestas por el dirigente de la Vega Techada, agregaron que si se formula una solicitud o denuncia respecto a que en el sector existe un incremento de delitos, "por supuesto que haremos un mayor patrullaje en el sector".
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