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La Tribuna

Madre de joven desaparecido: "no voy a parar, aunque tenga que mover piedra con piedra"

por Juvenal Rivera Sanhueza

Más de un mes lleva desaparecido José Luis Rivera (33 años), quien fue visto en las cercanías de la localidad de Huépil. La familia espera colaboración para proseguir con su búsqueda que, hasta la fecha, no ha arrojado ninguna pista sobre su paradero.

Perdido Jose Rivera familia (19) /

Eran las 14,15 horas del pasado 13 de julio y un bus con 22 pasajeros iniciaba su recorrido desde el terminal rural en la Vega Techada de los Ángeles con destino a la precordillerana comuna de Yungay, en la Región de Ñuble.

Entre sus ocupantes estuvo José Luis Rivera (33 años), estudiante de la carrera de contador auditor, quien estaba preparando los trámites para su titulación. Antes de abordar, una cuantas palabras con el conductor, nada en particular, nada distinto a lo que puede consultar cualquier pasajero.

A la altura del puente Riñico, pasada la localidad de Huépil (ya con rumbo Yungay), José Luis se bajó. El conductor alcanzó a divisarlo cuando desde el viaducto se dirigía hacia el río Cholguán que, debido a las lluvias intensas de este año, presentaba un caudal mucho más generoso en que en inviernos anteriores.

Esa vez que el joven es visto descendiendo al lecho del río fue la última ocasión que se tiene la certeza sobre su paradero.

Desde ese día mismo que su familia lo busca sin pausa pero sin resultado alguno.

Los primeros días fueron de total incertidumbre para sus parientes y conocidos, razón por la cual se desplegaron en todos los puntos donde se presumía que pudiese estar José Luis. Fue como si se lo tragara la tierra. No se sabía absolutamente nada de José Luis.

Sin embargo, seis días después se enteraron de aquel viaje hacia la zona precordillerana. Las cámaras de seguridad del terminal de buses rural convirtieron esa duda en certeza al confirmarse que él era quien abordaba esa máquina de pasajeros.

Su madre, Rosa Sandoval, no ceja en su búsqueda. Todos los días, absolutamente todos los días, lo ha salido a buscar, a realizar gestiones con las autoridades, a apurar a las policías y la fiscalía. También, ha tapizado la ciudad y las localidades vecinas con carteles con su rostro y los números de contacto con la fe que alguien pueda dar un dato cierto sobre su paradero.

Como madre no voy a parar, aunque tenga que mover piedra con piedra, señala Rosa con voz quebrada por la emoción. Tengo que encontrarlo, no voy a descansar, agrega.

Mi hijo no es invisible (pero) es como si se lo tragara la tierra, reflexiona.

También plantea algunas hipótesis sobre donde pueda estar: pienso que mi hijo pudo perder la memoria y ahora está errático por los caminos.

Sin embargo, también admite que el desenlace puede ser distinto: Si Dios quiso que mi hijo partiera, igual tengo que encontrarlo, es prioridad para mí, en las condiciones en la que esté.

AYUDA

Rosa Sandoval admite que necesita ayuda. Aunque ha tenido la colaboración de voluntarios de grupos de búsqueda, que se han concentrado los fines de semana en las inmediaciones del río Cholguán, aboga por el aporte de equipos especializados.

Es que las condiciones atmosféricas han complicado cualquier operativo de búsqueda. Las lluvias intensas han hecho crecer el caudal de los ríos, lo que dificulta y expone la integridad de quienes se lancen al cauce a buscarlo.

También las precipitaciones diluyen o borran las huellas que pudieran haber quedado en los caminos interiores, más aún cuando se ha buscado con perros especialmente adiestrados para detectar a personas.

Los del Gope solo buscaron a mi hijo un día y lo hicieron en la zona del río donde se sabe que bajó. Hay que buscar más allá.

Qué pido yo, ampliar el área. Él pudo haber caminado. El área es muy grande, señala la mujer.

Por eso, insistió en su petición de ayuda: Somos ciudadanos angelinos y no hemos sentido el respaldo de las autoridades de Los Ángeles. En Yungay y Huépil me he sentido más respaldada pero no acá.

Pido a las autoridades que no me archiven el caso, que no me olviden. Si pudiera buscar por mí misma, lo haría sola pero necesito medios para descartar todo y encontrarlo. No puede pasar que lleguemos a los dos meses y no sepa dónde está.

21 PASAJEROS

Además de José Luis, otros 21 pasajeros iban en el bus que salió a las 14,15 de ese día 13 de julio desde el terminal rural de Los Ángeles. A las 15,45 pasó por Huépil y siguió hasta Yungay.

La madre del joven pide que de los ocupantes de esa máquina de pasajeros se contacten para saber si pueden aportar algún dato sobre el joven. No tengan miedo de hacerlo, por favor, dice la mujer.

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