Carencia de vitamina D

Señora directora:

La vitamina D es una vitamina liposoluble que incluye dos formas la D2 (ergocalciferol) y la D3 (colecalciferol), siendo el colesterol su precursor. Sus principales funciones son: regular el metabolismo del calcio y fósforo (para una buena mineralización ósea), y favorecer la absorción intestinal del calcio; siendo una vitamina esencial para la formación de los huesos y dientes normales. Adicionalmente, ésta se relaciona con la regulación de la presión arterial.

La cantidad de vitamina D absorbida por vía cutánea depende de ciertos factores: tono de la piel (pues los tonos oscuros requieren de mayor tiempo de exposición, debido al contenido de la melanina), el área de piel expuesta a la luz del sol, tiempo de exposición (5 a 30 minutos al día) y la radiación UVB de la luz.

La deficiencia de vitamina D se ha transformado en un creciente problema de salud pública en el país; su falta puede resultar en desmineralización del sistema esquelético, osteopenia (no se genera tejido óseo nuevo), osteomalacia (ablandamiento evidente de los huesos), raquitismo y debilidad muscular. Por otro lado, su falta está asociada al padecimiento de artritis reumatoide, afecciones cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

Entre las fuentes naturales de este nutriente se encuentran: salmón, sardinas enlatadas, caballa enlatada, atún enlatado, aceite de bacalao, hongos shiitake, yema de huevo, hígado de res, exposición al sol radiación (rayos UVB). También a través de alimentos fortificados como la leche, yogurt, mantequillas, margarinas, quesos y cereales de desayuno. Adicionalmente se puede suplementar con cápsulas de D2 (bajo prescripción), la D3 (venta libre) o multivitamínicos.

María Estuardo Guerra Valle

Académica de Nutrición y Dietética

Universidad San Sebastián