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La región del Biobío, mediante la "Mesa Técnica Regional de Gestión del Riesgo de Desastres - Dimensión Animal", ha intensificado sus esfuerzos de coordinación y vigilancia para enfrentar la inminente amenaza de la influenza aviar y planificar las acciones preventivas ante la próxima temporada de incendios forestales.
Liderada por Roberto Ferrada, director regional del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Biobío, esta instancia técnico-administrativa sesionó con el objetivo de establecer un sistema robusto de prevención y respuesta público-privado ante cualquier emergencia que pueda impactar a las especies animales domésticas, de producción y fauna silvestre.
La convocatoria incluyó a municipios, universidades, centros de rehabilitación de fauna y servicios públicos, abordó la revisión de la normativa vigente, la situación global de brotes en América del Norte y las acciones de vigilancia que el SAG está implementando.
Ferrada explicó que la Mesa fue constituida en 2023 como respuesta a los devastadores incendios forestales. La formación de esta instancia se enmarca en el reglamento de la ley que crea el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
Los organismos técnicos dirigen la mesa y cuentan con la asistencia administrativa y soporte legal de Senapred. Este modelo permite la convocatoria de municipios, universidades, fuerzas de orden y servicios públicos vinculados al bienestar animal. La mesa opera en cualquier afectación catastrófica: incendios forestales, inundaciones y otras emergencias.
El objetivo es crear un sistema efectivo de prevención y respuesta que aglutine al sector público y privado. Los animales bajo su atención incluyen domésticos de compañía, de producción —ganado, aves de corral y abejas— y fauna silvestre.
La última reunión de la instancia se enfocó en evaluar el término de la temporada invernal y preparar los desafíos estacionales futuros.
El primer tema es la gripe aviar, que se intensifica por los procesos migratorios de aves desde Canadá y Estados Unidos hacia el sur. Ferrada señaló que en los 30 días previos a la reunión más de 23 establecimientos avícolas en Canadá y Estados Unidos fueron afectados por la enfermedad, con un impacto en cerca de 600.000 aves. Es crucial estar atentos a los procesos migratorios, coordinarse con los municipios y el sector productivo para tomar medidas preventivas.
El segundo eje es la temporada de incendios forestales. Para ambos escenarios la coordinación se realiza con las unidades de desastre de los municipios y cuenta con el soporte de servicios públicos, fuerzas armadas y universidades.
Alejandro Sandoval, director regional de Senapred Biobío, destacó que la mesa cumple un rol efectivo en la gestión del riesgo de desastres en la dimensión animal. Durante la sesión, César Escobar, encargado regional de Protección Pecuaria del SAG, presentó información sobre la situación de la influenza aviar en el continente, los signos clínicos, las medidas preventivas y el protocolo de atención de denuncias.
En incendios forestales, la primera línea de acción corresponde a bomberos y brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) o empresas forestales, mientras el SAG opera en una segunda, centrada en la afectación a la fauna silvestre.
Para asegurar una respuesta efectiva, el SAG lleva a cabo un plan intensivo de capacitación dirigido a brigadistas de Conaf, empleados de empresas forestales y funcionarios de Carabineros. El objetivo es instruir en la correcta contención de animales afectados —como un pudú con extremidades quemadas o un ave herida— hasta que el servicio ingrese a la zona.
Ferrada emitió un mensaje crucial: cuando ocurren incendios, las personas que conducen deben extremar la precaución porque animales silvestres nativos —zorros, pumas y otros felinos— huyen de las zonas siniestradas. La conducción desatenta resulta en el atropello de estos animales mientras cruzan vías rurales buscando refugio.
La mesa también funciona como espacio para difusión de riesgos sanitarios, como la anemia infecciosa equina (AIE) y permite informar a los municipios sobre las acciones a realizar.
La instancia resulta propicia para que las universidades presenten el estado de las afectaciones sanitarias en la región. En ese contexto, y debido a la relevancia del sector avícola, existe una mesa específica dedicada exclusivamente a la gripe aviar.
Dada la llegada inminente de aves migratorias, el director regional del SAG hizo un llamado enfático a extremar las medidas de bioseguridad, tanto en planteles industriales como en traspatios y gallineros.
El sentido esencial es evitar el contacto entre las aves productivas y las aves silvestres, por medio de pautas de bioseguridad adaptadas para cada segmento.
El elemento más importante es mantener buenas prácticas que eviten el contacto y aseguren que el alimento no se contamine. Un ejemplo crucial es cambiarse los zapatos antes de ingresar a un gallinero, para evitar transportar residuos o excrementos de aves silvestres.
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