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El Movimiento Regional de Apicultores del Biobío (Morapi) se encuentra potenciando la siembra de alforfón, también conocido como trigo sarraceno, debido a que su floración temprana permite que las abejas tengan alimento.
Dicha variedad tiene la ventaja de generar una oferta de néctar y polen, extendiendo la actividad apícola durante el verano, sin tener que depender de la floración de especies nativas.
Esta alternativa de forraje apícola ha tomado cada vez más importancia debido a que los incendios forestales, como los ocurridos en la temporada pasada, provocaron una disminución considerable de la flora necesaria para mantener la actividad.
El Movimiento Regional recordó que "las comunas de Santa Juana y Nacimiento, en la región del Biobío, han enfrentado desafíos significativos debido a los incendios forestales que destruyeron más de 200 mil hectáreas en la Cordillera de Nahuelbuta.
Debido a lo anterior, el gremio local desarrolló el programa "Mujer Apicultora Siembra Futuro", con el objetivo de proveer semillas de alforfón para el forraje apícola y brindar apoyo a las apicultoras de la región.
Desde Morapi se explicó a diario La Tribuna que "la siembra de alforfón como forraje apícola ofrece numerosos beneficios tanto para las abejas como para las apicultoras. Se trata de una planta melífera de rápido crecimiento y fácil adaptación a diferentes condiciones climáticas, lo cual la convierte en una alternativa eficiente para la recuperación de áreas afectadas por incendios".
Además, "su floración temprana proporciona una fuente importante de néctar y polen en momentos críticos para la supervivencia de las colonias de abejas", se indicó. Lo anterior cobra especial relevancia en Biobío, donde la apicultura, según lo observado por MORAPI A.G. "desempeña un papel relevante en la economía local". El programa busca dotar a las apicultoras de la región del Biobio de semillas de alforfón, brindándoles las herramientas necesarias para recuperar y fortalecer sus colmenas.
A través de asociaciones estratégicas, se promueve el intercambio de conocimientos y experiencias entre las apicultoras, fomentando así la formación de redes de apoyo y el crecimiento colectivo del sector. Además, se ofrecen capacitaciones y asesoría técnica para asegurar el éxito de la siembra y el manejo adecuado de las colmenas. La siembra de alforfón para el forraje apícola, impulsada por el programa "Mujer Apicultora Siembra Futuro", se presenta como una solución prometedora para las comunas afectadas por los incendios en la región del Biobío.
El Movimiento Regional de Apicultores de Biobío destacó que la entrega de semillas de alforfón a los productores, para fortalecer sus apiarios, "refleja el compromiso y la visión compartida entre la asociación gremial MORAPI Biobío A.G. y la Universidad Mayor, de trabajar en conjunto para promover la sustentabilidad". Además, el proyecto conjunto apunta a revitalizar a aquellas comunas afectadas a los incendios, en relación a lo que respecta a la recuperación de sus áreas verdes.
La asociación apunta, en sus propias palabras, a "el reverdecimiento de las comunas afectadas por los incendios forestales. Gracias a esta asociación, se están creando bases sólidas para un futuro prometedor en la apicultura del Biobío". El conjunto productivo realzó la posibilidad de que el apoyo permita a las apicultoras "encontrar apoyo y recursos necesarios para enfrentar los desafíos y construir un entorno próspero para sus colmenas".
El alforfón se originó en el este de Asia. Es a la vez un grano alimenticio y un grano forrajero. Es un pseudocereal ya que no es una especie de gramínea como los verdaderos cereales como el maíz, el arroz o el trigo.
La harina de alforfón normalmente se mezcla con harinas de cereales para producir harina para panqueques o, en Japón, un plato tradicional de fideos llamado soba. Los granos de alforfón descascarillados, en esa forma referidos como sémola, se usan en papillas y como cereales para el desayuno. Los granos pueden hornearse como un plato de verduras como el arroz o pueden usarse en aperitivos, sopas y postres. La harina de alforfón, baja en gluten, es apreciada para hornear crepas. Las plántulas de alforfón, utilizadas en ensaladas, se comercializan como lechuga de trigo sarraceno. Las hojas también pueden comerse en ensaladas. Las flores proporcionan abundante néctar, utilizado por las abejas para hacer una miel de color oscuro. Los granos enteros se utilizan en mezclas de alimentos para pájaros y como alimento para pollos. La harinilla, un subproducto rico en proteínas de la molienda del alforfón, se utiliza como alimento para el ganado. Las cáscaras pueden usarse como mantillo/mulch del suelo o como cama de paja para pollos. El alforfón se cultiva como especie de cobertura del suelo, forraje verde o abono verde.
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