Cultivos adaptables al cambio climático ganan terreno en Chile

El sector agroindustrial representa el 3,54% del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile y es uno de los principales motores de desarrollo económico del país. Sin embargo, el cambio climático, con fenómenos como la sequía, heladas y el alza de temperaturas, han afectado los cultivos y la producción de los campos nacionales.

Dependiendo de la zona geográfica, los efectos del calentamiento global en la agricultura varían. Por lo mismo, las soluciones que se investigan e implementan nacen de manera local, apoyándose en algunos casos en experiencias extranjeras de mejoramiento genético, por ejemplo.

La directora ejecutiva de la Fundación para la Innovación Agraria del Ministerio de agricultura, Francine Brossard, comentó que en Chile "se ha visto una situación muy compleja en los cultivos ante el cambio climático, que se agrava en las regiones que tienen menos agua, lo que conllevaría un aumento de los precios y puede estar en duda la seguridad alimentaria de las personas"

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Hace nueve años la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura lanzó el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del Sector Silvoagropecuario 2013-2018, el cual definió medidas centradas en la gestión del agua, de riesgos y seguros agrículas, gestión forestal e investigación. A fines de 2019, se inició un proceso para actualizarlo, con nuevos objetivos como gobernanza y coordinación para la planificación de la adaptación al cambio climático; inversión en vulnerabilidad y adaptación al clima; y desarrollo de un sistema de monitoreo, evaluación y capacidad de aprendizaje.

El enfoque se centra, en paralelo, en mejorar las condiciones de ciertas plantas a través de técnicas como mejoramiento genético, a la vez que se están creando nuevas especies que pueden crecer en condiciones adversas. Por otro, se están investigando y realizando pruebas con plantas foráneas que se adapten mejor a las nuevas condiciones climáticas de ciertas zonas de Chile.

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El INIA lanzó este año, un grano de arroz blanco que tiene la capacidad de adaptarse a distintos tipos de variaciones climáticas y a la escasez hídrica. La investigadora y encargada del Programa de Mejoramiento Genético de Arroz del INIA, comenta que esta variedad comenzó a desarrollarse en 2011 cuando se hizo el cruce entre un material extranjero ruso y una variedad chilena.

Entre los beneficios del alimento, uno de ests consiste en la capacidad de este arroz de "tolerar el frío y los cambios de temperatura, y pese a las condiciones climáticas, tiene una producción alta y permite a los agricultores ahorrar entre un 30% y 40% de agua de riego".

Otro ejemplo consiste en la adaptación de palmeras datileras en el norte de Chile, un cultivo propio de Oriente Medio y África del Norte. También el Consorcio I+D Vinos de Chile -de Corfo- ha implementado acciones de control y parametrización de las condiciones del entorno en el que desarrolla la planta, lo que ha permitido que 'la vid se convierta en un cultivo adaptable al controlar factores externos', dice Patricio Parra, gerente general del organismo.