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"La proyección de la provincia de Biobío hacia los próximos 50 años no puede hacerse sin la voz de su gente"

por Claudia A. Fuentes Riveros

El delegado presidencial provincial, Javier Fuchslocher Baeza, asegura que la celebración de los 150 años de Biobío no será un mero recuerdo, sino un "punto de partida" para un pacto territorial a 50 años que debe basarse en la descentralización, la equidad, la sostenibilidad y la participación ciudadana activa, apuntando a un desarrollo justo y competitivo que incorpore la identidad y los desafíos del cambio climático y la tecnología.

Javier Fuchslocher Baeza, delegado presidencial provincial / Diario La Tribuna

"Biobío 150+ fue pensado rompiendo las formas de celebración tradicional, que suelen encasillar estos hitos, en remembranzas del pasado fijando la mirada en el origen. Esta conmemoración fue concebida como una plataforma para proyectar nuestro futuro, ser un punto de encuentro que nos permita generar las bases para fijar compromisos a 50 años, enfocados en el fortalecimiento del desarrollo productivo, la equidad territorial, la sostenibilidad y la participación social para que la provincia crezca con identidad y oportunidades para todas y todos".

Revisa la entrevista al delegado presidencial provincial, Javier Fuchslocher Baeza, en el marco de los 150 años de Biobío

Más allá de la celebración histórica, ¿qué mecanismos de participación ciudadana considera relevantes para que la comunidad sea parte activa en el diseño de la provincia a largo plazo?

La proyección hacia los próximos 50 años no puede hacerse sin la voz de su gente. Experiencias internacionales -como las asambleas ciudadanas en Irlanda, los presupuestos participativos en Canadá o los foros deliberativos en España- demuestran que los espacios de participación sólida son clave. No solo permiten que las comunidades sean parte activa en las decisiones, sino que también ayudan a prevenir conflictos entre los intereses públicos, privados y sociales, fortaleciendo la confianza y legitimidad de los procesos. En Biobío, será fundamental que la ciudadanía se apropie de la provincia como un todo y la asimile como propia, entendiendo que cada comuna forma parte de un sistema mayor. Abrir y consolidar esos espacios será un desafío relevante para construir un futuro compartido y, al mismo tiempo, robustecer nuestra democracia.

¿Cuáles son los principales desafíos sociales y económicos que enfrentará la provincia en las próximas cinco décadas?

Los principales desafíos en los próximos 50 años estarán marcados por tres grandes fuerzas: el cambio climático, la revolución tecnológica y el envejecimiento de la población. En lo social, debemos garantizar servicios de calidad y equidad territorial para una población cada vez más adulta, sin dejar atrás a las comunas rurales. En lo económico, será clave diversificar la matriz productiva: agregar valor a la madera, avanzar hacia energías limpias, potenciar el turismo y fomentar la innovación. Para lograrlo necesitaremos formación técnica y universitaria pertinente, así como procesos participativos que le den legitimidad. Como provincia tendremos el desafío de conjugar sostenibilidad ambiental, inclusión social y crecimiento económico si queremos proyectarnos como un territorio resiliente y competitivo en un mundo en transformación.

¿De qué manera este aniversario puede convertirse en un punto de partida para diseñar políticas públicas más descentralizadas y alineadas con las aspiraciones de la provincia?

Los 150 años de la provincia pueden ser en un verdadero punto de partida si lo usamos para pensar en grande y, sobre todo, para pensar desde la propia provincia. Hoy muchas decisiones siguen centralizadas en Concepción o en Santiago, lo que diluye la identidad y las prioridades de un territorio tan diverso como el nuestro. Biobío 150 nos ofrece la oportunidad de impulsar políticas públicas provinciales y descentralizadas, que nazcan del diálogo entre las comunas y que estén alineadas con los intereses y aspiraciones de la comunidad local.

Esto implica que los planes de desarrollo comunal no se conciban aislados, sino como piezas de un engranaje mayor, articulados entre sí, vinculados al plan de desarrollo regional y con capacidad de dialogar incluso con los instrumentos de planificación de las regiones vecinas. Si los habitantes se apropian de la provincia como un todo, entendiendo que su comuna forma parte de un sistema más amplio, entonces las políticas públicas que surjan serán más legítimas, más justas y eficaces. En definitiva, el Biobío 150 puede ser la plataforma para un nuevo pacto territorial: descentralizar de verdad, escuchar la voz de las comunidades y diseñar políticas que tributen a objetivos comunes de equidad, sostenibilidad y progreso compartido.

El mundo se encuentra en constante transformación tecnológica. ¿Cómo la provincia debe prepararse para su futuro?

El mundo vive una transformación tecnológica acelerada y la provincia de Biobío no puede quedarse atrás. Debemos incorporar innovación y digitalización, aprovechando herramientas como la inteligencia artificial para fortalecer áreas desde la agricultura de precisión y la industria forestal sostenible hasta la gestión de la salud, la educación personalizada y la planificación urbana. Es clave mejorar la conectividad digital en todas las comunas, incluidas las zonas más apartadas, de modo que nadie quede fuera, además de formar capital humano capaz de usar estas tecnologías. La clave será articular empresas, universidades y gobiernos locales para que la innovación no sea un privilegio de unos pocos, sino un motor de inclusión, competitividad y calidad de vida para toda la provincia.

¿Qué legado espera que deje esta conmemoración a las próximas generaciones que vivirán y construirán la provincia en el siglo XXI?

Como profesor de historia, sé que los pueblos que se detienen a mirarse con honestidad y a planificar con esperanza son los que dejan huella. Como servidor público, estoy convencido de que este aniversario debe ser el punto de partida para un pacto renovado de colaboración; un espacio permanente donde el mundo público, privado, académico y social trabajen juntos en metas compartidas y en inversiones que respondan a las necesidades y oportunidades de nuestro territorio.

Lo fundamental es que cada comuna se reconozca parte de un sistema mayor llamado provincia de Biobío, y que ese sentido de pertenencia se traduzca en planes y proyectos que dialoguen entre sí, se alineen con el desarrollo regional y también con las regiones vecinas.

Si logramos que este aniversario sea un motor que cada año se fortalezca, dé seguimiento a los compromisos y renueve la confianza entre ciudadanía e instituciones, entonces no habremos hecho solo una conmemoración. Habremos dado el primer paso para que Biobío sea un ejemplo para el país de un desarrollo justo, descentralizado y humano.

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