Heriberto López, dirigente forestal: "Están combatiendo los síntomas y no la enfermedad"

De las condiciones laborales bajo las cuales se desempeñan hoy en día los trabajadores del transporte que prestan servicios a la empresa forestal, de cómo éstos han ido mejorando su situación desde que se formaran los primeros sindicatos que agrupó al mundo contratista y de cómo el conflicto enmarcado en los ataques incendiarios que han afectado a camioneros en la provincia de Arauco, La Araucanía y Los Ríos ha incidido en el ánimo de sus representados, conversó con Diario La Tribuna el presidente del Sindicato Inter-empresas del Transporte Terrestre y Servicios Forestales (Sittfor) y de la Federación Nacional de Sindicatos del Transporte Forestal y Afines, (Fenasitranfor), Heriberto López.

¿Cuál es la realidad que vive hoy el trabajador contratista del sector forestal?

-Es un trabajador que está bastante bien en comparación a la realidad del país, porque, si bien en cierto, la industria forestal da empleo a unos 530 mil trabajadores a nivel nacional, los sueldos están por sobre el promedio. El sueldo más bajo de un trabajador de mano de obra no calificada hoy día no es como en otras industrias que trabaja por el ingreso mínimo, aquí los acuerdos que hemos sostenido con la empresa forestal hacen que un trabajador forestal parta de un piso de a lo menos 380 mil pesos, cosa que en otras realidades del trabajo en el país no es así.

¿Las condiciones laborales de los trabajadores forestales son distintas acá en Biobío en comparación a otras zonas como Arauco, por ejemplo, donde el año 2007 en el contexto de una protesta por mejoras en las condiciones laborales murió un trabajador, Rodrigo Cisterna? ¿Lo recuerda?

-Son realidades muy comparables, porque en ese tiempo, yo recuerdo, que tuvimos la gran paralización que fue en noviembre de 2006 del sector forestal en la provincia de Biobío, y en la provincia de Arauco fue el 2007, al año siguiente fue que ellos tuvieron una paralización de organizaciones sindicales. Y la verdad es que nosotros en esa oportunidad, aunque fue el conflicto bastante intenso, logramos acordar un montón de cosas que después se replicaron en Arauco y eso tiene que ver con pisos mínimos de sueldo, mejoras en cuanto a la seguridad de los trabajadores, porque en ese entonces lo que más se pedía era transparencia en el pago, porque los trabajadores contratistas del área de la silvicultura, de la cosecha forestal, del transporte forestal, sus sueldos son en base a porcentajes de producción y esos sueldos hasta la fecha de hoy más o menos tiene un porcentaje de un 70 por ciento que es variable. Entonces, usted entenderá que cuando yo digo que trabajo con un sueldo variable tengo que tener una claridad, cierta transparencia para saber cuánto gano y en ese entonces no había nada de eso. Los empleadores en su mayoría pagaban lo que ellos creían que era justo para los trabajadores, pero en realidad lo que había era mucha injusticia.

A contar de ese movimiento, el del 2006 y 2007, ¿se puede afirmar que marcó un antes y un después en las condiciones laborales de los trabajadores?

-Sin duda, porque fue la oportunidad para poner en el tapete, poner sobre la mesa los problemas reales que teníamos los trabajadores forestales en ese entonces, y si comparamos con mucho más atrás, cuando los trabajadores forestales dormían en camas de paja y comían puras conservas en el bosque para poder plantas. A medida que va pasando el tiempo la cosa va mejorando, lo que inquieta es que no hay cambios si esos cambios no son exigidos por los trabajadores y muchas veces de una manera violenta.

Aun así, subsisten críticas desde diversos sectores hacia cómo se desarrolla esta actividad en el país. Están los ambientalistas, están las comunidades mapuches ¿Cómo dirigente cómo analiza estos cuestionamientos a la industria?

-Nosotros hemos sido bastante críticos de algunas fórmulas que tiene el sector forestal para relacionarse con los trabajadores y con los vecinos, pero cuando estos análisis o estas críticas hacia el sector forestal viene de grupos anarquistas la verdad es que uno no les da mucha importancia, porque nosotros defendemos el trabajo. La empresa forestal hoy en día es un poco más del 3 por ciento del Producto Interno Bruto, por la cantidad de trabajadores o con la cantidad de puestos, el sector forestal genera mucho trabajo y nosotros nos hemos preocupado que genere trabajo decente, lo que hace mucha falta en este país, y yo le podría indicar que en el sector forestal lo hemos logrado en esa parte. Ahora, lo que sí criticamos es la relación que tiene la empresa forestal con los vecinos, que son parceleros, que son gente que cohabita conjuntamente con ellos en los lugares donde ellos tienes sus grandes patrimonios forestales.

Recordando los incendios forestales del verano ¿cómo se ha avanzado con las empresas para prevenir nuevas catástrofes como la ocurrida?

-Los incendios, usted entenderá que son todos intencionales, no hay incendios casuales, y esos incendios se dieron en sectores poblados, en sectores donde era muy fácil iniciar la acción de un incendio forestal, entiendo también que ha habido grandes cambios y hemos sido parte en eso, hemos cooperado de alguna manera para que se generen cambios. De hecho, tuvimos una reunión en la Intendencia (del Biobío) donde se dieron a conocer los nuevos planteamientos de cómo va a operar la industria forestal, el patrimonio netamente forestal con sus vecinos, cómo va a ser el tratamiento del combate o de la prevención del combate de los incendios en esta temporada.

CONFLICTO MAPUCHE Y ATENTADOS INCENDIARIOS

¿Hay preocupación entre sus representados ante el recrudecimiento del denominado conflicto mapuche y la quema de camiones o maquinaria forestal entre Biobío y Los Ríos?

-El primer atentado fue alrededor de unos 20 años cuando yo ya era conductor forestal en la zona del fundo Choque en Tirúa, donde un conductor de camiones en ese entonces perdió parte de un ojo y tuvo que dejar de trabajar en lo que él hacía, por la quema de dos camiones en ese entonces. Posteriormente, de ahí la cifra de se eleva a cientos de equipos quemados hasta la fecha, donde, obviamente, esos equipos son conducidos por trabajadores, no son conducidos por sus dueños.

¿Cómo evalúa el accionar del gobierno en esta materia?

-Lamentablemente, este gobierno y el anterior y los anteriores en los últimos 90 años han hecho un tratamiento que en el fondo no ataca la enfermedad. Todo lo que se ve, lo que se conversa, lo que uno ve en la televisión, lo que escucha en los medios de prensa es solamente atacar el síntoma, porque nadie ha ido al fondo del tema y el fondo del tema es que estos hechos no ocurrieron hace 400 años, la usurpación de los territorios a las comunidades no fue hecha por los españoles, no se olvide que los españoles no pasaron más allá del Biobío. Cuando la Presidenta (Bachelet) meses atrás hizo un reconocimiento y pidió perdón a la etnia tenía razones muy de fondo para hacerlo, claro que no se condicen con los hechos que han habido últimamente por parte del gobierno, con la decisiones que han adoptado ciertos ministerios.

¿Y por dónde, a su juicio, pasa la solución a este tema?

-Las soluciones concretas son generar un reconocimiento, generar autonomía. El reconocimiento que las comunidades quieren en el mediano o largo plazo es un reconocimiento constitucional, eso es lo que ellos de alguna manera están luchando y visibilizando con estos conflictos. Yo me pregunto si las comunidades no se visibilizaran de la forma como lo están haciendo, muchas veces con bastante violencia, para este gobierno o para los otros no habría tenido importancia.

¿El trabajo del Ministerio Público y las policías en la denominada Operación Huracán es el correcto?

-Están combatiendo los síntomas y no la enfermedad como le decía anteriormente, no van al fondo del tema. El fondo del tema no es militarizar, no es criminalizar, el fondo del tema es un Estado más dialogante que busque la solución con las personas, pero no encarcelando a las personas.