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El documental Millonario, estrenado en Netflix la semana recién en pasada y que rápidamente instalado en el top 10 de lo más visto en Chile, ha convertido la historia de Javier Zapata —el dueño del boleto de Kino que desató un mediático caso judicial— en un fenómeno que traspasa fronteras. Pero detrás de la pantalla, la producción esconde un proceso de años de trabajo, encuentros fortuitos y anécdotas que sus protagonistas compartieron con La Tribuna.
"Cuando venía a la entrevista pensaba y asimilaba lo que ha significado todo este estreno, y lo realmente valioso es que dos directores, José y Felipe Isla, se interesaran por conocer una historia de acá, ellos son capitalinos, ellos viven en la región metropolitana, pero se interesaron justamente por conocer una historia nuestra y la trabajaron durante tres años hasta que vio la luz", reflexiona Juvenal Rivera, periodista angelino.
Los hermanos José y Felipe Isla, directores del documental, recuerdan que conocieron la noticia en 2018, como cualquier otro chileno. Sin embargo, fue recién cuatro años después cuando decidieron profundizar debido al alto interés mediático que generó cada paso del proceso judicial. "Nos costó mucho dar con Javier pero desde la primera conversación, en un asado, supimos que había confianza para trabajar juntos", cuentan narrando, que incluso -en sus primeros acercamientos- les dijeron que Javier, ya había cobrado el premio y no vivía en Chile.
Uno de los ejes principales del documental, es que la propia familia Zapata protagoniza su historia, un contrapeso muy bien logrado entre Blanca, la esposa; muy cercana a Dios y a la Iglesia, Javier, un hombre amante de las carreras de caballos y del buen pasar y el relato también, de su hija adolescente, que vivió por el caso una serie de cuestionamientos a nivel escolar, y en su interacción con redes sociales.
Sin duda un desafío que Javier reconoció nunca pensó que se daría, menos aún que esto se masificara en la plataforma de series y películas, lo que ha llevado que muchas personas conocieran su proceso de este caso judicial que sigue en curso.
Consultado sobre su acercamiento con diario La Tribuna, y en especial con el periodista Juvenal Rivera, para dar a conocer su caso, recordó que fue él quien se acercó al medio de comunicación para contar lo que estaba viviendo. "Nos conocimos con Juvenal cuando yo me acerqué a La Tribuna por primera vez, para explicar lo que me había pasado, y ahí él me entrevistó, contó mi historia y empezamos a conversar. Tuvimos ese acercamiento y fuimos conversando siempre", señala.
"De hecho con don Javier hablamos regularmente antes de la película, antes de las grabaciones, conversamos por WhatsApp principalmente, pero mantenemos o hemos mantenido siempre un nexo por alguna u otra razón. Estábamos ahí al habla, no necesariamente para publicar algo en el diario en aquel entonces, sino que para saber de su historia", complementó Juvenal.
La producción se desarrolló entre 2022 y 2023. Primero, con un año y medio de investigación y grabaciones en terreno; luego, con un mes intensivo de rodaje que movilizó a un equipo de 20 personas en Los Ángeles. El propio Juvenal Rivera recuerda su sorpresa al llegar al set: "En mi vida había pasado por una maquilladora ni una vestuarista. Eso me dio la dimensión del nivel de producción", relata.
La vida rural de Javier marcó los tiempos del equipo. "Él se levanta a las cinco de la mañana para cuidar las vacas, así que debíamos adaptar el plan de rodaje a sus horarios", cuentan los directores.
Entre las anécdotas, destaca una jornada en que todo el equipo esperaba grabar una escena clave, mientras Javier pedía ayuda a los directores para colaborar en una mudanza de vecinos. "Me vi bajando cajas en un camión cuando todos me llamaban para grabar", recuerda uno de los directores, entre carcajadas.
Para Javier, la escena más significativa fue una muy íntima: "La que más me marcó fue cuando hablé sobre mi mamá", confiesa emocionado. En tanto, Juvenal valora la oportunidad de redescubrir su propia voz en el documental: "Siempre me desacomodó escucharme, pero esta vez me reconcilié con mi voz. Me gustó, la encontré bonita", admite.
Más allá del caso judicial, Millonario ha puesto a la ciudad de Los Ángeles en el radar cultural. "Nuestra ciudad suele ser vista como opaca, pero gracias a esta historia hoy brilla en una plataforma internacional", subraya Rivera.
Los directores coinciden: "Para nosotros es fundamental que se hablen de la vida de campo, del sacrificio y esfuerzo de las familias rurales. Eso también es parte de la historia".
Javier, por su parte, se lo toma con calma: "Estoy feliz, agradecido del apoyo de la gente y de la producción. Ahora toca esperar la justicia y seguir adelante", resume.
Actualmente, el equipo está dedicado a la promoción del documental que está en el top 10 en Netflix, pero ya han recibido llamados desde México, Colombia y Estados Unidos (Miami) para entrevistas y presentaciones internacionales.
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