El semáforo es ante todo un elemento de seguridad y en segundo lugar un elemento que ayuda a la optimización del uso de las vías.
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Algunos elementos están tan integrados en nuestro sistema cotidiano que olvidamos lo importantes que pueden ser para el buen funcionamiento de nuestras vidas.
Uno de estos elementos son los semáforos, elaborados sistemas que nos permiten avanzar cuando no hay peligro si somos peatones, o bien, nos indican que paremos cuando somos conductores.
Pero, ¿Y si no tuvieras que parar nunca? Pues bien, imaginémonos cómo sería una ciudad sin semáforos.
¿Qué pasaría si no hubiera semáforos?
Auter es una de las empresas con mayor trayectoria en la comercialización de semáforos y otros sistemas de control de tránsito en Chile. Desde la compañía, señalan algunas de las cosas que pasarían si no existieran los semáforos:
Para empezar, nadie sabría cuándo parar y cuándo no. Esto implica a peatones y conductores, por lo que los accidentes estarían a la vuelta de la esquina.
Lo más probable es que los tacos serían pan de cada día. Sin una señal que les impida detenerse, masas de peatones impedirían el paso de vehículos a ciertas horas.
El número de accidentes aumentaría automáticamente debido a este caos. Tanto personas como vehículos resultarían afectados.
Muchos no podrían llegar a la hora a sus trabajos o lugares de estudio.
Sin semáforos, es probable que otros sistemas de control de tránsito no existirían.
No hay que olvidar nunca, que el semáforo es ante todo un elemento de seguridad y en segundo lugar un elemento que ayuda a la optimización del uso de las vías.
Otros datos interesantes sobre los semáforos
¿Cuándo se instaló el primer semáforo?
Veamos ahora cómo y cuándo debutaron las distintas versiones de semáforos y se convirtieron en la bendición que son hoy en día:
El 9 de diciembre de 1868, se instalaron en Londres los primeros semáforos no eléctricos con luz de gas para controlar el tráfico. Fueron declarados inseguros,y por lo tanto, suspendidos.
No hay certeza de cuándo llegaron los primeros semáforos a Chile, pero se estima que fue en 1926. Tenían solo luz roja y verde.
En 1916 apareció por primera vez en Nueva York una señal de "No a la izquierda".
Garret Morgan inventó un semáforo automático y lo patentó el 12 de noviembre de 1923. En la misma época, un oficial de policía llamado William Potts inventó un semáforo de cuatro vías y tres colores inspirándose en las luces de señalización del ferrocarril.
En 1935, la Comisión Federal de Carreteras de Estados Unidos creó el "Manual de Dispositivos Uniformes de Control del Tráfico", que estableció una norma uniforme para las señales de tráfico y la seguridad vial en todas partes.
¿Qué indican las señales de tráfico?
Refresquemos nuestra memoria con lo que definen estos semáforos:
Rojo es igual a detenerse: El rojo es una señal universal de peligro. Además, este color es visible incluso en condiciones adversas como la niebla, la lluvia o el humo.
Amarillo es precaución: El amarillo es un color que define la precaución, además está hecho por la superposición de rojo y verde, por lo tanto, ¡una elección obvia!
Verde es siga: Se elige específicamente porque se considera un color tranquilo. Además, este color se distingue fácilmente de los otros dos colores y se puede ver con facilidad.
Desde Auter, indican que en el caso de la luz amarilla, a pesar de lo que muchos creen, no es una señal que signifique acelerar para pasar más rápido.
Por el contrario, desde la empresa aconsejan siempre detenerse una vez que la luz amarilla está encendida. De esta manera, la cantidad de accidentes podría verse reducida y podríamos lamentar menos pérdidas humanas.
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