Ouija: El Origen del Mal (2016): %26quot;Todo mal tiene un origen, pero a veces no un final%26quot;

Ficha técnica: 

Nota: 2 estrellas. Regular 

Dirección: Mike Flanagan

Guion: Mike Flanagan / Jeff Howard

País: EE.UU.

Duración: 99 Min.

Sinopsis:

Una joven viuda llamada Alice Zander, interpretada por Elizabeth Reaser (The Twilight Saga: Eclipse, 2010) trabaja fuera de su casa, en los suburbios, como una medium espiritual para fingir comunicarse con los espíritus, acompañada de sus dos hijas, Lina, interpretada por Annalise Basso (Captain Fantastic, 2016) y Doris, interpretada por Lulu Wilson (Deliver Us from Evil, 2014).

A pesar de que ponen en escena sus sesiones, la verdadera intención de Alice, es ayudar a los espíritus. La familia todavía se tambalea por la reciente muerte del marido y padre de las niñas; es cuando Alice decide incorporar una tabla Ouija en sus lecturas, y sin saberlo, contacta con un espíritu que comienza a poseer a Doris, quien comienza a romper las tres reglas sagradas de la Ouija: No jugar sola, no jugar en un cementerio, y siempre decir adiós. De ahí en adelante la familia deberá hacerle frente a una oleada de maldad proveniente del mismísimo infierno.

Análisis:

Dirigida por el norteamericano Mike Flanagan (Oculus, 2013) experto en cine de terror. Llega esta segunda parte de la película Ouija, esta vez titulada “El origen del mal”. Es una película interesante, puesto que plantea una trama oculta llena de misterio y terror, con espacios ocultos y seres de pura maldad, sin embargo, mediante se desarrolla el film, éste se desvanece en trivialidades y desproporciones de guion, nada más que facilitando las escenas de impacto con montajes rápidos, pero no reparando en la estructura lógica de la película, la cual se desarrolla en tiempo lineal presente. Una película de terror que cumple con presentar una trama de horror, pero que transcurre en la inmediatez de la ausencia de un trasfondo intelectual direccional, como es la ausencia de un buen guion.

Valoración:

Una película de terror para disfrutar de un fin de semana sin preocupaciones. Solo eso.