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Después de varias semanas de primavera, el polen presente en el ambiente provoca que los síntomas respiratorios se intensifiquen, afectando a niños y adultos por igual.
Se trata del asma alérgica, una enfermedad inflamatoria crónica que afecta las vías respiratorias bajas -los bronquios- y que, en una proporción importante de pacientes, se asocia a la exposición a pólenes, pastos, árboles o polvo.
El broncopulmonar de Clínica Universidad de los Andes, Dr. Cristián Deza, explicó que el diagnóstico del asma alérgica debe confirmarse -de manera inicial- mediante una espirometría y exámenes complementarios, como el test de metacolina y el FENO, que son pruebas respiratorias que evalúan la hiperreactividad y la inflamación de las vías respiratorias.
Asimismo, agregó que los síntomas son "obstrucción bronquial, en donde el paciente tiene sensación del pecho apretado, silbido en éste y episodios de tos. Generalmente los que se agravan en primavera o en la noche".
De igual forma, el experto relató que el asma alérgica tiende a manifestarse con mayor frecuencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes menores de 40 años, aunque también puede aparecer en etapas más tardías, incluso después de los 50 o 60 años.
Aunque no existe una causa específica que la provoque, "la mayoría de los pacientes puede contar con un tratamiento bastante sencillo, pero lo principal es cumplirlo y ser ordenado con las indicaciones que entregan los especialistas", expresó Deza.
En este contexto, sostuvo que la gran mayoría de quienes padecen esta patología necesita un inhalador en base a corticoides, permitiendo -con ello- estabilizar la enfermedad y hacer una vida normal.
Sin embargo, "entre el 3 y 5% de los pacientes asmáticos pueden tener un asma grave y van a requerir otro tipo de terapia, no inhaladores convencionales", puntualizó el broncopulmonar.
Si bien no existen muchas posibilidades de prevenirla, "los niños que son muy alérgicos pueden hacer inmunoterapia por medio de gotitas sublinguales, las cuales han demostrado que puede disminuir un poco la probabilidad de que sean asmáticos más grandes", detalló Deza.
Finalmente, puntualizó en el caso de aquellos pacientes asmáticos que fuman están más propensos a hacer una mayor cantidad de crisis asmáticas y recordó la importancia de evitar la exposición al polvo y alérgenos estacionales.
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