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La Tribuna

Urgenciólogo alerta: "Anualmente recibimos entre 4 a 5 niños producto de asfixias por inmersión"

por Nicolás M.

Las temperaturas en las comunas de la provincia de Biobío incentivan a las familias a buscar métodos para capear el calor, sin embargo, uno de los más comunes, la piscina, puede ser también uno de los más peligrosos.

Contexto / Unsplash

El verano llegó oficialmente a Biobío y los termómetros se han disparado con fuerza sobre los 30ºC, un panorama que por más que se repite con el paso de los años no acostumbra a los ciudadanos quienes se resisten al calor.

La llegada de la temporada estival viene de la mano con la apertura de piscinas, lugares de relajo y distracción que sirven para evadir la temperatura del ambiente. No obstante, las cifras dan cuenta que llegado el verano las urgencias relacionadas con accidentes en el agua aumentan entre la población.

"Cada año recibimos un promedio de entre 4-5 niños producto de accidentes por asfixias por inmersión y ahí es donde resalta la importancia de aplicar medidas de precaución", comenta al respecto, el Dr. Francisco Marino, médico urgenciólogo y jefe del Servicio de Urgencia de Clínica Las Condes.

SU PISCINA, SU RESPONSABILIDAD

No es necesario tener niños en casa para tomar precauciones durante esta época, así lo deja en claro el Dr. Marino quien manifiesta que "hay que pensar que la piscina propia del lugar va a ser usada tanto por los dueños como también las visitas, eso a la gente a veces se olvida, en cualquier momento puede llegar visita acompañada de algún niño pequeño, por lo tanto esa piscina pasa a ser un riesgo".

Las recomendaciones son básicas y no escapan de lo común, a pesar de que no hay ahorro que valga un futuro accidente. Según recomienda el entrevistado, "es vital tener una reja perimetral que tenga ciertas características, por ejemplo, que mida al menos 1,5 metros de altura, que la separación entre los barrotes no sea mayor a 15 centímetros, que el mecanismo de apertura y cierre de la puerta sea automático, no dejar juguetes flotando en el agua y lo principal nunca dejar a nuestros hijos sin supervisión".

Esta última parece ser el factor común en un gran número de accidentes: "La verdad es que en todos los accidentes existen comentarios similares de los familiares: -solamente un par de minutos deje de ver a mi hijo y estaba en el agua-", comenta el médico.

CÓMO ACTUAR ANTE UNA EMERGENCIA

"Mantener la calma dentro de lo posible y constatar que la escena sea segura porque cuando hay accidentes en ríos o playas quienes se introducen al agua para auxiliar terminan siendo también víctimas (...) Llamar al Servicio de Urgencia y retirar al menor del agua, retirar la ropa mojada y ver si es que respira o responde. Si el paciente no respira se debe iniciar inmediatamente las maniobras de reanimación", asevera el Dr. Marino.

Junto con recalcar lo importante que es para cualquier ciudadano tener conocimientos de reanimación, el entrevistado detalla el procedimiento de reanimación necesario para intervenir en este tipo de casos.

"Se comienza con una insuflación o ventilaciones de rescate, donde se introduce aire hacia la boca de la víctima, puede ser cuatro insuflaciones de rescate y después seguir con las compresiones torácicas. Se mantiene el patrón de 30 compresiones torácicas y dos insuflaciones. En cuanto a las compresiones torácicas las manos se deben colocar en la región intermamilar y la profundidad de cada compresión tiene que ser al menos un tercio del tórax", explica.

A lo anterior suma que "se sigue hasta que llegue personal de rescate (...) Si el paciente llega a reaccionar con estas maniobras es importante nunca estimular vómitos, eso puede ser más riesgoso porque después esa agua la puedes volver aspirar y puedes provocar también una neumonía aspirativa".

CONSECUENCIAS

La consecuencia más grave en este tipo de accidentes termina siendo la muerte, pero la sobrevivencia puede tener de secuelas de por vida: "Las consecuencias van a depender según el tiempo en que estuvo el paciente bajo inmersión, desde los dos minutos estos mecanismo de hipoxia van a provocar distintos cambios de nuestro cuerpo".

"El cerebro para funcionar correctamente necesita principalmente glucosa, que es el azúcar, y oxígeno, por lo tanto si tú dejas de recibir oxígeno entre dos a diez minutos, puede haber un daño a nivel cerebral (...) Los primeros minutos son fundamentales, un paciente que está más de diez minutos bajo el agua tiene una probabilidad de sobrevivir mínima y en el caso de existir sobrevivir puede haber un daño cerebral que va a ser una consecuencia para toda la vida", añade el profesional.

NO OLVIDAR

Como mensaje final, el Dr. Francisco Marino asevera: "No debemos considerar los flotadores como algo que te va a dar una tranquilidad, los flotadores son juguetes de flotación. El único flotador que está acreditado para actividades acuáticas sería el chaleco salvavidas, el resto son todos juguetes. Y aunque la hayas enseñado a nadar a los pequeños en clases de natación, la supervisión es lo principal".

"Debemos supervisar a nuestro hijos y colocar atención a las medidas de prevención de accidentes en torno a cuerpos de agua (...) Parte de un buen cuidado también es conocer cursos de reanimación, ya que todos deberíamos saber actuar ante una emergencia como las que ocurren en verano", cierra.

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