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La Tribuna

San Rosendo registra la mayor tasa de violencia intrafamiliar en la provincia de Biobío

por María José Villagran Barra

La comuna presenta 1.069 casos por cada 100 mil habitantes, seguida por Antuco con 1.063 y Negrete con más de 900. Los Ángeles, en tanto, lidera en números absolutos con 2.013 denuncias en 2024.

El 80% de las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres. / Freepik

La violencia intrafamiliar (VIF) se ha posicionado como el delito con mayor concentración a nivel provincial, sin discriminar por condición social, territorio ni género, según explicó la seremi de Seguridad Pública, Paulina Stuardo. La autoridad entregó un completo panorama sobre esta problemática, que afecta de manera diferenciada a las 14 comunas de la zona.

"Siempre ha sido un delito prioritario porque tiene afectación directa e indirecta, y muchas veces no está visibilizado del todo".

 Seremi de Seguridad Pública, Paulina Stuardo.

SAN ROSENDO LIDERA LA TASA

Para comprender la real dimensión del problema, la seremi Paulina Stuardo explicó la diferencia entre frecuencia y tasa, siendo esta última la que permite comparar territorialmente la realidad de cada comuna.

Los Ángeles encabeza el número total de casos policiales registrados en 2024 con 2.013 denuncias, seguido por Cabrero con 237. Sin embargo, al analizar las tasas por cada 100 mil habitantes, el panorama se invierte completamente.

En esa comparativa, San Rosendo lidera con la mayor tasa de denuncias y le siguen Antuco y Negrete. En el extremo opuesto, Quilleco presenta la menor tasa con 550,8 casos por cada 100 mil habitantes.

"Por eso es tan importante hablar de tasa y no solo de frecuencia. Nos permite dimensionar la problemática proporcionalmente, entendiendo la población de cada territorio", explicó la seremi.

El análisis revela que las diferencias entre las comunas con mayores tasas no son tan marcadas como podría esperarse. "No es que llegamos a Negrete y después baja considerablemente. La tasa llega a 550 casos en Quilleco; es decir, no estamos hablando de poco", advirtió la autoridad.

Esta realidad, aseguró, evidencia la urgencia de trabajar en prevención mediante procesos educativos, cambios culturales y nuevas formas de resolver conflictos.

ENFOQUE DE GÉNERO Y CAMBIO CULTURAL

La seremi de Seguridad Pública enfatizó que se trata de un delito con claro enfoque de género. "Estamos en presencia de mujeres violentadas solo por el hecho de ser mujeres y porque el hombre que las violenta considera que son de su propiedad y que puede hacer con ellas lo que quiera", explicó.

Este patrón requiere un cambio cultural profundo que va "mucho más allá del trabajo de seguridad" y trasciende lo meramente educativo o preventivo.

La provincia de Biobío registra dos femicidios consumados en lo que va de 2025, uno más que el año anterior. El último ocurrió en Mulchén el fin de semana pasado, caso en el que no existían denuncias previas por VIF.

Esta situación evidencia la persistencia de la "cifra negra": hechos no reportados a la justicia que, por ende, "no existen" para las instituciones.

"La violencia intrafamiliar fue entendida durante mucho tiempo como un problema privado, puertas adentro. Eso todavía cuesta cambiarlo. Aún hay miedo, vergüenza, dependencia emocional o económica que impiden denunciar".

Seremi de Seguridad Pública, Paulina Stuardo.

Por ello, la autoridad destacó la importancia de los canales estatales, como el fono *4242 de Denuncia Seguro, donde se puede reportar sin ser la víctima directa.

Las estadísticas muestran que el 80% de las víctimas son mujeres y que el mayor número de casos se concentra en el rango etario de 18 a 49 años, con un peak entre los 30 y 49 años.

AVANCES LEGISLATIVOS Y DESAFÍOS PENDIENTES

Paulina Stuardo recordó que desde hace 20 años la VIF se considera delito. En materia legislativa, Chile cuenta con importantes avances: un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, un Servicio de la Mujer y la Equidad de Género, la ley de cuotas y tipificaciones penales como la VIF y el femicidio, que no existen en otras latitudes de América Latina.

"Nuestra deuda dice relación con la violencia", reconoció la autoridad, quien concluye que el principal desafío radica en realizar cambios culturales profundos y de larga data.

Durante los últimos cuatro años, la VIF ha sido priorizada en los planes regionales de seguridad pública y se ha trabajado con los concejos municipales.

En ese contexto, la conceptualización del fenómeno ha evolucionado. "Antes se hablaba del círculo de la violencia. Hoy sabemos que es una espiral que muchas veces va creciendo hasta llegar a consecuencias fatales como el femicidio", explicó Stuardo.

Por ello, desde los organismos estatales se insiste en que la prevención debe comenzar mucho antes de llegar a agresiones físicas o denuncias formales. El desafío está en identificar señales tempranas y activar redes de apoyo institucionales y comunitarias.

"Muchas veces los vecinos o familiares saben. Es clave entender que para denunciar no hay que ser la víctima. Basta con tener conocimiento o sospecha", detalló.

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