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Los operativos, que comenzaron el viernes, han desatado tres días consecutivos de protestas, incendios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en varias ciudades del país.
En Los Ángeles, manifestantes incendiaron vehículos, bloquearon autopistas y se enfrentaron a efectivos policiales y soldados de la Guardia Nacional, desplegados desde el sábado por orden presidencial.
Es la primera vez desde 1965 que un mandatario envía a esta fuerza militar de reserva sin el consentimiento del gobernador estatal.
La situación también se agravó en San Francisco, donde la policía reportó la detención de unas 60 personas tras choques con manifestantes en el centro de la ciudad. Según la autoridad local, varios protestantes atacaron edificios y un vehículo policial, lo que obligó a dispersar la marcha con fuerza.
En Los Ángeles, al menos tres vehículos autónomos de la empresa Waymo fueron quemados, mientras otros dos resultaron vandalizados. Decenas de personas bloquearon una autopista clave, siendo retiradas por la Patrulla de Carreteras mediante el uso de granadas de humo y aturdidoras.
Con uniformes camuflados, cascos y armamento, los soldados se han desplegado principalmente en instalaciones federales. Según informó el FBI, varias personas han sido detenidas tanto en Los Ángeles como en Nueva York desde que comenzaron los disturbios.
La medida ha sido duramente criticada por líderes demócratas. El gobernador de California, Gavin Newsom, exigió en la red social X que se "retire la orden" y se "devuelva el control a California", calificando el despliegue como una "grave ruptura de la soberanía estatal".
Por su parte, la exvicepresidenta Kamala Harris acusó a Trump de provocar "una peligrosa escalada para generar caos" en lugar de abordar el problema migratorio de forma responsable.
Consultado por la prensa, el presidente Trump justificó la medida: "Estamos viendo tropas por todas partes. No vamos a permitir que esto le ocurra a nuestro país", afirmó, y prometió que los militares asegurarán "una muy severa legalidad y orden".
El Comando Norte de Estados Unidos informó que 500 infantes de marina están en estado de alerta y podrían ser desplegados para reforzar las operaciones federales. En total, Trump autorizó el envío de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional solo en Los Ángeles.
Las redadas —conducentes a la detención de inmigrantes indocumentados y presuntos pandilleros— se enmarcan en la política migratoria que Trump ha intensificado durante su segundo mandato. La respuesta en ciudades con alta población latina como Los Ángeles ha sido inmediata y masiva.
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