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Tras intensas jornadas de búsqueda, equipos de emergencia lograron recuperar este viernes los cuerpos de los seis ocupantes de la avioneta ambulancia que se precipitó en una zona montañosa de Curacaví.
El trágico suceso ha generado consternación nacional, especialmente por el carácter humanitario del vuelo, que transportaba personal médico rumbo a Arica.
El aparato, un Piper Cheyenne II con matrícula CC-CCC, despegó desde Santiago el miércoles por la noche, con destino al norte del país. Sin embargo, pocos minutos después del despegue, la tripulación reportó una falla técnica, perdiéndose todo contacto radar en las cercanías del cerro El Roble, un sector de difícil acceso y densa vegetación.
La complejidad del terreno complicó las labores de rescate, que se extendieron por más de 36 horas. Finalmente, cerca de las 17:00 horas del viernes, helicópteros de Carabineros trasladaron los restos de las víctimas hasta la Escuela de Especialidades, en la comuna de Estación Central.
La aeronave cumplía una misión crítica, característica de los vuelos médicos que buscan salvar vidas en situaciones de urgencia. "Este accidente golpea con fuerza, porque se trata de personas que iban precisamente a asistir a otros", comentaron fuentes vinculadas al operativo.
En paralelo al despliegue de búsqueda, la Municipalidad de Santiago activó un plan de apoyo a los familiares de las víctimas. El alcalde Mario Desbordes instruyó a la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) habilitar el edificio Santiago Social como centro de acogida y coordinación.
En la sede también se realizaron reuniones con representantes del Ministerio Público y el SML, quienes trabajan en la identificación y entrega de los cuerpos.
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