Hace muy poco se reconoció a la comuna del Alto Biobío como uno de los principales destinos turísticos, en una encuesta mundial donde se identifican los lugares más demandados por los turistas europeos.

Este reconocimiento nos llena de alegría, porque viene a poner en el escenario mundial un lugar realmente hermoso y fascinante, tal cual son las comunas que integran el territorio cordillera, hermanadas por un factor común: la montaña.

Para los turistas, vivir la experiencia de caminar la montaña es algo que los motiva tremendamente, ya que los lleva a conocer la poca naturaleza que nos va quedando en su estado más original. Esta reflexión surge frente a la enorme oferta que pudiéramos hacer con varias de nuestras comunas, que hasta ahora le han dado la espalda a la montaña. La experiencia del microestado de Andorra resulta extraordinaria, pues este pequeño territorio europeo vive de la montaña durante todo el año y es el principal destino turístico del viejo continente.

En nuestro caso, el primer paso que debería darse es la declaración de comunas de montaña, de Alto Biobío, Santa Bárbara, Tucapel, Antuco y Quilaco, para luego reflejar esta declaración en la Estrategia de Desarrollo Regional, acompañándola de planes y programas que permitan aportarle el financiamiento necesario para disponer de infraestructura vial que faciliten los desplazamientos y, especialmente, el surgimiento de emprendimientos que aseguren una atención de calidad a los visitantes que concurrirán a conocer nuestras montañas, las más hermosas del continente. También sería muy interesante que los alcaldes de estas comunas viajaran a conocer la exitosa experiencia de Andorra, especialmente su logística y modelo de gestión.

La provincia de Biobío debe seguir diversificando y activando sus capacidades productivas endógenas, esas que generosamente ofrece nuestro territorio y que deben ser activadas, bajo una concepción asociativa, que en este caso sería la declaración de comunas de montaña.

Mario Morales Burgos

Profesor