Durante años, hablamos de administración del agua potable rural. Hoy, en cambio, debemos hablar de gestión: un concepto más amplio, moderno y acorde con los tiempos. Ya no se trata de esfuerzos aislados, sino de un sistema articulado bajo el marco de los servicios sanitarios rurales, que reconoce a las comunidades como protagonistas en la provisión de agua potable. Este cambio no es menor: representa una transformación institucional que da estabilidad, profesionalismo y sostenibilidad a un servicio vital para el mundo rural.
En este contexto, el presupuesto 2025 de la Región del Biobío marca un paso relevante. De los 28 mil millones de pesos destinados a la región, 14 mil millones corresponden a la provincia de Biobío. Esa distribución no es casualidad: responde a una mirada de equidad territorial y al compromiso del Presidente Gabriel Boric con una inversión pública de responsabilidad social, que prioriza las necesidades reales de las personas.
La provisión de agua potable rural no es solo una política sanitaria; es también una política de desarrollo. Permite que las familias permanezcan en sus territorios, que las escuelas funcionen con dignidad, que los emprendimientos rurales crezcan y que la calidad de vida en las zonas más apartadas mejore sustantivamente. En definitiva, garantiza un derecho básico y fortalece la cohesión social en nuestro país.
Por eso, debemos seguir fortaleciendo la gestión comunitaria del agua potable rural con capacitación, recursos y acompañamiento técnico. Es el camino correcto para que nuestras comunidades del Biobío sigan avanzando, con agua segura, con desarrollo local y con justicia territorial.
Gastón Saavedra Chandía
Senador de la República