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La Tribuna
Columnista

Salud mental estudiantil: una responsabilidad compartida

Angélica Calderón Matute

Directora de Asuntos Estudiantiles
Santo Tomás Los Ángeles

por Angélica Calderón Matute

En la educación superior, el bienestar de los estudiantes ha dejado de ser un tema secundario para transformarse en un eje central de nuestro quehacer. La experiencia nos ha mostrado que el aprendizaje no se limita a los contenidos académicos, sino que se construye en un entorno de relaciones sanas, seguras y respetuosas. Como institución, hemos asumido el compromiso de hacernos cargo de la salud mental y del bienestar de nuestros alumnos a través de un trabajo permanente que busca acompañarlos en este tránsito vital que significa la vida universitaria y técnica.

El regreso a la presencialidad tras la pandemia evidenció un fenómeno preocupante: la dificultad para relacionarse de manera sana entre pares. Las ansiedades acumuladas, el aislamiento social y los nuevos desafíos académicos se tradujeron en tensiones que no podíamos ignorar. Fue así como el Programa de Bienestar y Salud Mental de Santo Tomás cobró aún mayor relevancia. Desde allí hemos generado atenciones psicológicas, talleres y espacios seguros que promueven la sana convivencia y entregan herramientas para enfrentar los desafíos de la vida estudiantil.

La Política Integral de Convivencia, Equidad de Género, Diversidad e Inclusión está dirigida a la comunidad de Santo Tomás, integrada por todos quienes forman parte de ella: estudiantes, docentes, personal administrativo, proveedores y toda persona que tenga una función vinculada a la institución. Se trata de un marco regulador de todo nuestro quehacer, que siempre mantiene presentes nuestros valores sello y que orienta la forma en que convivimos, trabajamos y construimos comunidad.

Hoy la mayor demanda que recibimos está vinculada a crisis de ansiedad, pánico o desmotivación académica. Estas situaciones, que afectan directamente la trayectoria formativa de nuestros alumnos, requieren respuestas oportunas y empáticas. No se trata de psicoterapia, sino de un acompañamiento cercano y preventivo que permite a los estudiantes encontrar apoyo y orientación en momentos de dificultad.

Este esfuerzo no se limita a Los Ángeles: el Programa de Bienestar y Salud Mental está presente en todas las sedes de Santo Tomás, de Arica a Punta Arenas. En este 10 de septiembre, al conmemorar el Día Internacional para la Prevención del Suicidio, lo hacemos con una campaña profundamente simbólica: la confección de mil grullas de papel. Inspirada en la tradición japonesa, esta iniciativa nos recuerda que la esperanza, la paz y el amor pueden ser un motor transformador en medio de la adversidad. Y lo más significativo es que cumplimos la meta de reunir esas mil grullas, símbolo de unidad y compromiso colectivo en favor de la vida.

Nuestra misión, como Dirección de Asuntos Estudiantiles, es clara: seguir promoviendo la salud mental como una responsabilidad compartida, difundiendo los canales de ayuda disponibles, como la línea *4141 del Ministerio de Salud, y trabajando día a día para que cada estudiante se sienta acompañado. Porque solo así la educación superior puede cumplir realmente su propósito: formar no solo profesionales competentes, sino también personas íntegras, plenas y conscientes de su valor en la sociedad.

Angélica Calderón Matute

Directora de Asuntos Estudiantiles

Santo Tomás Los Ángeles

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