Opinión

La ausencia del centro político en la contienda presidencial

MARIO MORALES DAEM 2019 (32),
MARIO MORALES DAEM 2019 (32) / FUENTE:

En la historia política chilena más reciente, el llamado centro político aparece con representación electoral, convocando a un importante sector no militante que se caracterizaba por su pragmatismo y racionalidad para abordar los cambios que imponía la demanda social, y alcanzando su mayor representación desde mediados de la década de los cincuenta hasta comienzos de los setenta. También en el mundo, bajo la representación de la socialdemocracia, el centro político logra tener gran notoriedad.

El deterioro de los partidos políticos clásicos, la fragmentación, el desarrollo de la industria y las movilizaciones sociales permitieron que la izquierda, desde el discurso, interpretara de mejor manera las demandas de la gente. Sin embargo, los sectores más conservadores y los dueños de los medios de producción reaccionan haciendo que la derecha levante una propuesta, impulsando el modelo capitalista como una alternativa de gobierno, dando lugar a la eterna pugna entre marxismo y capitalismo, extinguiéndose con el término de la guerra fría.

Cuando se pierde el centro político queda abierto todo un espectro electoral, que deja a los ciudadanos no militantes en manos de los extremos: izquierda y derecha, empobreciendo el debate político y clausurando todas las posibilidades de generar acuerdos en la construcción de políticas públicas que ayuden a la gente.

En los tres últimos gobiernos —Bachelet, Piñera y Boric— hemos podido constatar lo difícil que ha resultado gobernar desde "los polos", ponerse de acuerdo, buscar el bien común y el justo término medio.

De cara a la próxima contienda presidencial ya hemos asistido a un debate enrarecido por las descalificaciones y alejado de los temas que hoy hacen crisis. Ninguna de las dos opciones que estarán en la papeleta de noviembre ha sido capaz, por ejemplo, de convocar al empresariado para acordar estrategias en materia de reactivación y crecimiento, pues sin estos actores cualquier programa de gobierno resultará poco sustentable, o dicho de otra forma, sin reactivación económica y sin crecimiento es casi imposible materializar un programa para gobernar.

Los extremos, en política, no permiten la buena comunicación ni los acuerdos, dos componentes esenciales que definen la política, desde la grandeza grecolatina en adelante.

Mario Morales Burgos

Profesor

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