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Columnista

2 de abril, un día para concientizar...

Karen Kracht

Docente de Kinesiología Universidad Santo Tomás

por Karen Kracht

Desde 2007, la Asamblea general de las Naciones Unidas proclamó el día 2 de abril como el "día mundial del Autismo", con el objetivo de sensibilizar y concientizar a más personas sobre las condiciones del espectro autista. Esta conmemoración cobra sentido si consideramos que según, la Organización Mundial de la Salud, a nivel mundial uno de cada 100 niños tiene autismo. Pero ¿Qué es realmente el trastorno del espectro autista?

El trastorno del espectro autista (TEA) se trata de una condición (y no una enfermedad) que afecta en distintos grados la interacción social y la comunicación, además de asociarse a patrones repetitivos de la conducta. Con respecto a su causa, hace algunos años se asoció a la inoculación de ciertas vacunas como la vacuna contra el sarampión, pero esto fue descartado rotundamente, pues los estudios que afirmaban lo anterior carecían de validez científica. Lo que sí es cierto es que existen predisponentes tanto genéticos como ambientales.

El diagnóstico usualmente se confirma durante la niñez, sobre todo al inicio de la etapa escolar, donde se hacen presentes signos característicos como problemas en la comunicación o de sociabilización. No obstante, mientras más temprano sea la detección y el abordaje, mejor es el pronóstico y calidad de vida tanto para el niño o niña como para sus familias, ya que existe evidencia de que nuestro cerebro es más moldeable y receptivo al aprendizaje hasta los 5 años.

De ahí la importancia de que los padres o cuidadores estén atentos a la presencia de signos de alerta durante el desarrollo infantil como:

•  Estereotipias: presencia de movimientos repetitivos como aleteos o balanceos

•  Problemas sensoriales: niños que se tapan los oídos ante ruidos fuertes, se incomodan ante texturas, les molestan los zapatos, no les gusta que los toque o abracen o por el contrario, parecen "bruscos" al jugar o relacionarse con sus pares.

•  Forma de jugar es repetitiva, poco imaginativa o muy estructurada.

•  Parecen no escuchar lo que les dicen (no responden por su nombre)

•  No mantienen contacto visual (no logran mirar a los ojos)

•  Ausencia o retraso del desarrollo del habla

Ante cualquiera de estos signos, debemos consultar a un médico especialista (neurólogo o psiquiatra) para confirmar o descartar el diagnóstico. El diagnóstico se basa principalmente en la observación clínica, sin embargo, es probable que el médico también solicite algunas evaluaciones como la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (ADOS-2) y/o evaluación de otros profesionales (kinesiólogos, fonoaudiólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales).

Con respecto a la atención en salud, en nuestro país aún existen brechas con relación a la entrega de un diagnóstico oportuno, atención continua y multiprofesional, limitando que nuestros niños y niñas puedan lograr su máximo potencial de desarrollo. Si bien el año 2023 se promulgó en Chile la ley n° 21.545 que establece la promoción de la inclusión, atención integral y protección de los derechos de las personas con trastorno del espectro autista en el ámbito social, de salud y educación, esto sólo es el primer paso. Esperemos que en un futuro cercano no sólo hablemos de un día en el año para concientizar, sino que estas brechas realmente se eliminen, permitiendo que toda persona con TEA pueda tener acceso a salud y educación de calidad.

Karen Kracht

Docente de Kinesiología UST

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