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La Tribuna
Columnista

Chile es un país estable, para el lamento de quienes se aprovechan de una crisis

Jorge Rivas Figueroa

Administrador Público
Licenciado en Ciencias Políticas

por Jorge Rivas Figueroa

La política y la economía han ido de la mano desde que el hombre es tal y desde allí, es fácil entender como la segunda puede corromper al primera, pero lo hermoso se da cuando ambas conviven, tal como lo ha hecho hasta hoy la visión de un "Estado de Naturaleza" propuesta por Thomas Hobbes y John Locke.

En ambos, urge la necesidad de dejar atrás el llamado "Derecho Natural" para dar paso a un pacto que termine con la violencia primitiva. Pero también existe una diferencia, que a mi juicio es vital. Mientras Hobbes advierte que la condición natural puede manifestarse cada vez que se viola "el pacto de gobernabilidad", Locke nos dice que este dependerá del equilibrio entre el Dios creador y el ser humano. Ambas para mí, son reales.

Estas ideas de política y economía; como la de un pacto basado en el Estado de Naturaleza del hombre, se me vinieron a la cabeza el domingo en la noche, luego de conocer el resultado del Plebiscito Constituyente, nacido de un acuerdo de la clase política en medio del "Estallido Social", llamando también a este hito, "Octubrismo" o la "Revolución de Octubre".

Las frases conciliadoras del Plebiscito Constituyente formuladas por el presidente Gabriel Boric contrastaron con mensajes de un sector de la política que ha radicalizado su discurso hablando del "fracaso del octubrismo" negando con ello, la mayor manifestación social post dictadura o, si se quiere, la mayor del siglo XXI en Chile.

Con dos procesos constituyentes ha quedado claro que los chilenos no logramos ponernos de acuerdo para cambiar la Constitución Política del Estado, pero discrepo en hablar de derrotas o de burlas, porque la demostración cívica de los chilenos y chilenas es la carta de presentación que muestra la estabilidad institucional, política y económica con la que Chile es vista desde el extranjero.

Está claro que el 18-0 marca un antes y un después en la relación del pueblo con la clase política y, está claro, que algunos entendimos y otros no, por eso el resultado del domingo pasado no es ni un triunfo ni una derrota, es un caminar que partimos con el retorno a la democracia y que hemos decidido, a través de las urnas, seguir.

En paralelo, la administración del presidente Boric ha sido clara y por lo mismo, pese a todo el Proceso Constituyente, al temor de los mercados por la juventud del mandatario y otros debates, nuestra economía, ha sido reconocida por "The Economist" (uno de los diarios más prestigiosos del mundo en materia Política-Económica) por mantener a Chile con "Una economía bendecida por Dios".

Las proyecciones del Banco Central en materia de crecimiento se mantienen, se ve difícil retomar un ritmo sobre el 5 por ciento en el corto plazo, pero lo bueno es que Chile, una vez más, es ejemplo en el mundo por su estabilidad.

El civismo de este país tiene su raíz en las vidas que se perdieron para recuperar el voto, pero este se enfrenta a los egoísmos de las ideologías que hoy deben entender que hay que trabajar desde las personas, con las personas y por las personas, poniendo especial énfasis en las demandas recurrentes que se solucionarían si de verdad, esas ideologías, trabajaran por el Bien Común.

Con la certeza que me da mi nombre, puedo decirle al mundo que vivo en un país que ama la democracia y que no existe crisis de gobernabilidad y que, por eso, una vez más somos destacados como una nación que pide a sus gobernantes solucionar "las urgencias de la gente", es decir, por ejemplo: seguridad, educación y salud.

Jorge Rivas Figueroa

Administrador Público

Licenciado en Ciencias Políticas

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