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El antropólogo François Laplantine establece que la literatura adopta diferentes formas de encarar la observación de "los otros" constituyéndose en una auténtica fuente de conocimiento científico, que resulta irremplazable (Sy, 2015). Es por ello, que hablar de psicología y literatura nos remite a una reflexión más allá del sentido común, porque lo que se dice como expresión literaria, no puede ser dicho en ningún otro lenguaje, a menos que naturalmente, la sustancia de aquel contenido se haya instalado en el campo de lo literario o narrado (Lihn, 1996). Aceptar esta relación, es una hermenéutica que se establece desde los albores de la disciplina psicológica como una forma de utilización de la palabra escrita, como un artefacto que impregnan en sí misma la capacidad de curar, por lo que el texto literario, es un espacio donde se observan y comprenden, en muchas ocasiones, los efectos y las prácticas de forma metafórica o real del desarrollo humano, donde a la vez, dicho engranaje epistemológico cargado de sabiduría y conocimiento puede ser utilizado como una arma de doble filo: para controlar o liberar. Debido a ello, la literatura en la psicología como medio de expresión, puede ejercer un papel sociopolítico, ser una fuente de pensamiento y una herramienta con énfasis emancipatorio. De esta forma, la psicología, como así también la literatura, puede atraer nuestra atención hacia diferentes áreas de conocimiento, actitudes y prácticas sociales, y ampliar nuestra conciencia acerca de un planteamiento equívoco cuando genera injusticia e inflige opresión en las personas(Real-Najarro, 2011).
La tradición literaria de la psicología podría tener su arje en los relatos clínicos a finales del siglo XIX, con figuras clave como Sigmund Freud , que componía narraciones sobre los casos que se había encontrado en su praxis, donde este caudal de sabiduría popular y escritos filosóficos y literarios, en un comienzo fueron y son un patrimonio de sabiduría popular que se sistematizó y dio origen a relatos y escritos en función de los estados mentales de las personas como forma de profundizar el fenómeno como una invención verbal, situación que ha influido en la construcción y deconstrucción de la ciencia que se conoce como psicología.
Hablar de esta simbiosis entre psicología y literatura es una tarea titánica, y quizás es remitirse a un contexto antes de la creación de la psicología como ciencia, donde aún navegaba de manera embrionaria en los textos Platonianos, Aristotélicos, e incluso Nietzscheanos, que desembocan en una lucha constante por querer apartarse y nacer como una ciencia que transita en la literatura como un arte de decir el mayor número de cosas con el menor número de palabras.
No es falso decir que la psicología como ciencia hoy en día está transformando las concepciones del mundo, los vínculos y la vida, deconstruyendo aquellos discursos totalizadores y penetrando al interior de las personas, en sus angustias y sueños a través del lenguaje escrito o hablado como una forma literaria con fuerza avasalladora. Tal vez corresponda a la psicología y su forma literaria, dar cuenta del poder que transmite la "palabra", como la herencia más importante otorgada al ser humano.
Juan Villagrán Sotomayor
Académico adjunto Carrera Psicología UST
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