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¿Nos importa realmente la mujer?

Francisca Valdivieso. Ginecóloga y vocera Voces Católicas

por Francisca Valdivieso. Ginecóloga y vocera Voces Católicas

Pensamos en el aborto, cuando vemos el sufrimiento de la mujer. Parece natural y sensato, buscar la forma más rápida de eliminar lo que nos hace sufrir. Un embarazo no deseado, puede generar mucho dolor. Para que decir, si además sumamos violación, un hijo enfermo inviable, o el susto y angustia de gestar con una enfermedad. Por eso la sociedad ha pensado en el aborto.

Pero la pregunta que debemos hacernos no es sobre hacer desaparecer el sufrimiento de esa mujer. Eso parece obvio y hay que hacerlo. Debemos cuestionarnos si quitarle la vida a ese ser humano es la solución para eliminar ese dolor. Preguntémonos qué otras opciones hay para quitar ese dolor y como sociedad trabajar en eso.

Las legislaciones sobre aborto existen, porque no hemos sabido como sociedad ofrecer algo mejor. Sabemos que el acompañamiento real y concreto a la mujer en un embarazo no deseado y vulnerable, hace que aproximadamente entre un 70-80% de las que deseaban abortar inicialmente, deciden no hacerlo y sigan con sus embarazos. El sacar de la soledad a estas mujeres, el acogerlas, acompañarlas, ha hecho que muchos niños hayan venido a este mundo, que quizás no lo hubieran hecho sin todo este apoyo.

Por otra parte, tenemos mujeres que esperan poder ser madres algún día y que por distintos problemas de fertilidad no han podido. Muchas de estas mujeres darían lo que fuera por tener de hijo a alguno de los que serán abortados. Debemos como sociedad empezar a pensar en soluciones que nos hagan más plenos y no más tristes.

El aborto es triste. Nadie lo desea por sí mismo: ni la mujer que opta por él quisiera estar ahí; ni el médico que lo practica. Por otra parte sabemos del sufrimiento que viven las mujeres que quieren ser madres y no pueden. ¿Por qué no generar políticas públicas, que disminuyan con el sufrimiento de ambos grupos?. Como sociedad,  ¿cómo no vamos a poder trabajar en hacer buenas políticas públicas que acompañen a las mujeres que gestan embarazos vulnerables y a mejorar los sistemas de adopción en Chile?

El sufrimiento de una mujer con un embarazo no deseado puede aplacarse si sabe que la maternidad no tendrá que ejercerla si no quiere. Y que podrá aliviar el sufrimiento de quien la desea y no puede.  Ninguna mujer está obligada a la maternidad y podrá darle a otra la oportunidad de ejercerla. Pero más importante que eso,  es saber que todas las mujeres podemos optar por dar el regalo más valioso que existe: la oportunidad de vivir y venir a este mundo. Estar vivo, es la base para poder ofrecer cualquier otro regalo. Eliminar el sufrimiento de unos, no tiene que realizarse generando el sufrimiento de otros.

Así como toda mujer es digna de ser respetada: tanto la  embarazada, como la que se encuentra aún dentro de su madre esperando nacer, todas deben ser defendidas. Si realmente nos importa la mujer, partamos por cuidarla desde sus inicios.

Francisca Valdivieso. Ginecóloga y vocera Voces Católicas

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