Opinión

Muchos problemas& muchas soluciones!

Prefecto Luis Rozas (3),
Prefecto Luis Rozas (3) / FUENTE:

En un día cualquiera, transcurre rápido la vida, como buscando escurrirse con rapidez, en el fino equilibrio entre el amanecer y el ocaso. La gente con el rumbo perdido, camina por las calles, campos y montañas de la provincia de Bío Bío, a fin de aportar con el espíritu y la fuerza que mueve al país; trabajo, estudio, hogar, descanso, recreación, deporte, ocio, sea cual fuere la actividad, hace que el tiempo pareciere volar.

Pero la vida no es plana y ante las variadas actividades humanas, inevitablemente aparecen los múltiples problemas, que a veces entorpecen la felicidad, hacen a cuadritos los momentos o bien nos tuercen la esperanza de todas esas labores de manera inevitable, más aún cuando los problemas tienen que ver con la afectación total o parcial de nuestros derechos, de nuestros bienes y por cierto de nuestra propia vida.

Respirando profundo y contemplando este escenario, se ve la variada topografía de nuestra gran provincia, que aporta por cierto, particularidades en lo que se refiere a problemas y especialmente a la ocurrencia de delitos. Es ahí entonces donde es válida la pregunta, qué hacer en esos casos, el delito llega rápido, sin avisar, sin que alcancemos a prepararnos, como un ave de rapiña, como el depredador más voraz, sin respetar la integridad personal o el derecho ciudadano.

En la ciudad, podemos observar a nuestros Carabineros, siempre dispuestos y activos, protegiendo al ciudadano,  renunciando a sus propios tiempos o anhelos, haciendo carne el sublime juramento de cuidar y proteger la vida de todos los habitantes, rindiendo la propia si fuere necesario; sea a pie, a caballo, en motocicleta, en vehículo, de uniforme o de civil, diciendo presente en el hecho o bien simplemente estando presente en la prevención, por medio de cámaras o con los números telefónicos tan difundidos.

En el campo, ríos y lagos, la palabra amiga, el consejo preciso y la afabilidad del Carabinero igualmente se hace presente, integrado a su comunidad, siendo parte de ella y haciéndolo un bien muy preciado, en sectores donde la autoridad se respeta y se quiere. Ahí están los Carabineros, ayudando a quien más lo necesita, siendo amigo de los niños y generando esa comunión íntima entre amor y ley.

En la montaña, particularmente en las Avanzadas, frente a las inclemencias del implacable clima, ante la inaccesibilidad del terreno, en el aislamiento y en la necesidad de una mano amiga, ahí está también la inconfundible figura del Carabinero, generando integración nacional, comunicación y las mejores noticias, diciendo con la mirada, compatriota, estoy contigo y te ayudaré siempre de manera incondicional... Qué grato es en la soledad y en la adversidad, encontrarse con un Carabinero, que necesario y que importante es eso.

Luego de esta reflexión, valga la pena preguntarle a usted, cómo valora a sus Carabineros, de qué forma vive su figura en su mente y corazón, o es que sólo lo valoro cuando lo necesito y no siempre, como debiera ser la tónica. Debemos querer a nuestras instituciones, respetar al ser humano que subyace tras ese Carabinero, el que ve usted a diario, el compañero de colegio, el vecino, el amigo, el que es su familiar o simplemente aquel, que cuando usted más lo requiere, incluso sin conocerlo, lo auxilia y ayuda.

En tiempos en donde, las nuevas generaciones con ignorancia desafiante, reniegan de las mismas instituciones que le dan la estabilidad necesaria, quiero invitarlos a pensar en torno al aporte que seres humanos, vestidos de uniforme verde, bajo el símbolo de las carabinas cruzadas, de manera anónima, desinteresada y sin mediar ideología alguna, movilizan su tiempo, en ayuda al prójimo, las 24 horas del día y los 7 días de la semana.

Una buena forma de demostrar nuestra propia capacidad de amar, es ser capaz de generar respeto y amor por esas personas, que sin mirar la dificultad topográfica, a veces inferioridad numérica u odiosidad injustificada, producto de modas retorcidas, están y estarán ahí, para prestarle una mano amiga o un abrazo contenedor, cuando vea muchos problemas, aportando con muchas soluciones.

Etiquetas: