Sergio Camus Campos

Seremi de Educación

Región de Biobío. 

La ambiciosa Reforma Educacional impulsada por la Presidenta Michelle Bachelet, tiene como uno de sus ejes el fortalecimiento de la educación pública. Para ello, se ha implementado una completa agenda de medidas y acciones, tendientes a mejorar las condiciones de calidad en los establecimientos públicos, donde sin duda, la implementación del Sistema de Desarrollo Profesional Docente, la consolidación del sistema de aseguramiento de la calidad, la inversión en mejoramiento de infraestructura y equipamiento, y la actualización del currículum, destacan como las acciones más relevantes. 

No obstante, hemos afirmado desde el principio que no tendremos una educación pública realmente fortalecida, si no logramos crear un sistema de educación, encargado de proveer la educación pública que Chile necesita. Esto implica que el Estado tiene que asegurar, que independiente de la comuna o localidad en el que estén insertos los establecimientos, estos deben garantizar un estándar de calidad común para todas y todos los estudiantes del país. 

Para ello, el Gobierno de la Nueva Mayoría ingresó el proyecto que crea el sistema de Nueva Educación Pública, que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados y actualmente se encuentra en su segundo trámite constitucional en el Senado. El proyecto de ley establece la constitución de una dirección nacional de educación pública y una red de 68 servicios locales de educación, que en un proceso progresivo, asumirán la coordinación de los establecimientos municipales de las 346 comunas del país. 

Esta nueva estructura tiene como objetivo la mejora integral y continua de la calidad de la educación que se imparte en los establecimientos públicos, responsabilizando de ello al Estado como garante y promotor de este derecho, superando con ello la fragmentación del sistema provocada hace más de tres décadas y que ha contribuido a la precarización en la calidad educativa y a una pérdida de valoración social de la educación pública. 

En las próximas semanas, la discusión de este importante proyecto de ley permitirá ir acercando cada vez más hacia su materialización una demanda histórica de la ciudadanía, que hará que el Estado retome la función de asegurar un servicio de educación público, acorde a las necesidades del país y que sea referente obligado para el conjunto del sistema educativo, en cuanto a buenas prácticas, calidad educativa, participación de la comunidad escolar e innovación. 

Las indicaciones ingresadas por el Ejecutivo han logrado recoger el conjunto de propuestas generadas en el debate legislativo, lo que ha contribuido a enriquecer el proyecto de ley, enfatizando aspectos como el potenciamiento del rol de la escuela en el proyecto educativo y el plan de mejora educativa, trabajo en red, fortalecimiento de la educación técnica, mayor preocupación por escuelas en contextos de encierro, consolidación del consejo local de educación y la creación de un comité directivo local, entre otras indicaciones. 

Por ello, quiero señalar con total certeza, que estamos frente a una oportunidad histórica de devolverle al país la educación pública que merece y necesita. Entendemos que existan matices o diferencias, en relación a las expectativas que grupos específicos tienen en el proyecto, pero estos matices no pueden transformarse en un obstáculo para seguir avanzando, en un propósito compartido por la mayoría de los chilenos y chilenas, que es construir una educación pública, que asegure calidad y equidad para todos los niños, niñas y jóvenes del país. 

Porque tal como lo comprometió la Presidenta de la República en su última cuenta a la nación, la prioridad en educación está puesta en la aprobación de este proyecto, para que podamos darnos una educación pública acorde a las necesidades que enfrentará Chile las próximas décadas, marcadas por una sociedad aún más desafiante y exigente. Por ello, seguiremos trabajando, ese nuestro compromiso, para que podamos tener nueva educación pública que nos llene de profundo orgullo a todas y todos los chilenos.