Una vez más ha sido invitado a nuestro país, como lo hiciera Juan Pablo II en su histórica visita del 87. Seguramente se encontrará con aquel Chile que le han presentado nuestros obispos; […]un Chile que ama la vida y se ve ad portas de aprobar un proyecto de aborto.

 Hace unos días, los obispos de nuestro país han hecho noticia por su visita “ad limina” al Papa Francisco. Se  trata de una instancia de encuentro con el Santo Padre y también para volver la mirada a las raíces cristianas. Los obispos visitaron las sepulturas del apóstol San Pedro, discípulo cercano e íntimo de Jesús y al cual le dio la misión de cuidar y pastorear a esta nueva realidad llamada Iglesia y también la tumba de Pablo, conocido como el “apóstol de los gentiles”, quien propagó por el resto del mundo la palabra de Jesús. Así en comunidad, una característica muy propia de la Iglesia Católica, los obispos rinden un sentido homenaje a dos apóstoles que tuvieron la misión de fundar y acompañar a los primeros cristianos en tiempos de adversidad. La visita “ad limina”, si bien es una instancia que se realiza cada cinco años, es una oportunidad para volver a reencontrarnos con nuestros orígenes. Es en Roma, en el Vaticano y sobre los cimientos con que se funda nuestra Iglesia que los obispos se reúnen con el Romano Pontífice para  exponer la realidad de la Iglesia chilena: sus alegrías y tristezas, pero también sus penas y desafíos que todos tenemos que asumir.

En este encuentro pastoral el Papa Francisco ha propuesto algunas líneas que pueden resultar iluminadoras para nuestros obispos en temas como la formación de los seminaristas, el desafío del mundo juvenil, el problema de la pederastia, la ideología del género, cómo mejorar la evangelización, la comunión eclesial, enfrentar el aborto y estar siempre atentos a los postergados de la sociedad. Así, como obispo de Roma y uno más entre sus pares, el Papa se pone al día sobre el acontecer de la Iglesia en Chile, pues su misión es velar por todas las almas de este mundo y contribuir a que conozcan y lleguen a Dios.

En esta visita Francisco una vez más ha enfatizado el especial cariño que siente por los chilenos y de la misma manera lo han retribuido nuestros obispos al llevar el saludo de cientos de laicos que desde el primer momento se han unido a la petición del primer Papa de América Latina de que “recen por mí”.  Así de la misma manera una vez más ha sido invitado a nuestro país, como lo hiciera Juan Pablo II en su histórica visita del 87. Seguramente se encontrará con aquel Chile que le han presentado nuestros obispos; una tierra de buenos hombres y mujeres, abiertos a la trascendencia, pero que constantemente se ven confrontados por corrientes de pensamiento ajenos a su sentir cristiano; un Chile que se debate entre la caridad cristiana y la abismante separación que existe entre ricos y pobres; un Chile que ama la vida y se ve ad portas de aprobar un proyecto de aborto. Esperemos que esta visita ilumine a nuestros obispos para ser proféticos en los momentos claves de la historia de nuestro país y juntos a ellos propongamos la alegría que significa ser cristianos.

Alexis Parra

Profesor de Religión

Vocero, Fundación Voces Católicas