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Columnista

¿Votar o botar el próximo domingo?

Leslia Jorquera

Daniel Sánchez Brkic
Psicólogo y académico de la Universidad Central.

por Leslia Jorquera

Votar o “botar” el domingo 23, es la pregunta por estos días. Los políticos dicen que votar es una obligación, un deber cívico y mínima obligación democrática; inclusive que si usted no vota no puede posteriormente ‘alegar’, hablar o impugnar. Esto no es del todo cierto.

Votar, según la Ley Nº 20.568 vigente en nuestro país desde el año 2012, es un derecho fundamental y dice relación con la voluntad de decidir. Usted decide entre candidatos,  programas de televisión, descansar o no tal día, etc. y decide también si ir o no a emitir un sufragio. Desde esta mirada, la conducta volitiva (del ejercicio de la voluntad individual) se convierte en el principal elemento de juicio; allí usted (a diferencia de otros años) decide si participa o no. Hacerlo es una decisión, no hacerlo no es un crimen, eso es algo que los políticos en su simpleza han esgrimido como nuestra obligación; error.

De otra parte usted debe decidir si votar o no, pero por los mismos candidatos de siempre, que año a año retuercen las ideas para sostener aberraciones como: “vote por mí, ahora sí”, “la verdad”, “soy la solución”, “yo quiero a mi comuna” y tantas banalidades que sabemos no se cumplirán.

Adicional a eso, es común ver en la propaganda toda información hermosa (sonrisas, alegría, delantales de médicos y hasta estetoscopios). Lo único que no vemos es la referencia a los partidos políticos que sustentan las ideas de los candidatos. Por tanto votar se convierte en un acto de apoyar la idea que usted tiene respecto de las palabras y profesiones de los candidatos, pero no respecto a los ideales que inspiran sus postulados. Esta fue una ofensa absurda del entonces candidato Joaquín Lavín cuando instalaba la idea de votar por las personas y no por los partidos, otro error. Sería como seguir a Cristo porque es él desconociendo las ideas que lo inspiran; sería escoger una carrera de educación superior por lo que dice en el título y no por el contenido de su programa; error.

El domingo usted deberá decidir si vota o no; es probable que “bote” su voto sin darse cuenta pues a decir verdad el sistema no cambiará mucho, inclusive de prosperar (sea como fuese) la ley de gratuidad en la educación los montos que provienen de asistencia -SEP  (Ley de Subvención Escolar Preferencial) y PIE (Programa de Integración Escolar)- ya no pasarán por manos de los municipios, con lo que habrá menos recursos que triangular a las urgencias que cada alcalde imagina.

Algunos hemos tomado la decisión anticipada y, claro, entendiendo lo que  ha costado recuperar el derecho a votar, no Botaremos el Voto, aunque se nos tilde de irresponsables, antidemocráticos o simplemente absurdos. Algunos en definitiva tenemos una idea respecto de donde se Vota y dónde se Bota.

Daniel Sánchez Brkic

Psicólogo y académico de la Universidad Central.

 

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