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La Tribuna

Del sueño de infancia al mando: la historia de la mujer al frente del Cuerpo de Bomberos de Cabrero

por Nicolás Maureira

Reelegida como superintendenta con un 80% de respaldo, Valentina Muñoz suma 20 años de servicio, en una trayectoria marcada por el sonido de las sirenas que despertaron su vocación como voluntaria, la docencia, la maternidad y una emergencia que motivó un giro profesional al servicio de la comunidad.

Valentina Muñoz asumió por primera vez la superintendencia en enero de 2024 y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo en el Cuerpo de Bomberos de Cabrero. / Cedidas

En Cabrero, el sonido de la sirena ha acompañado la vida de Valentina Muñoz Arroyo desde mucho antes de asumir responsabilidades de mando dentro del Cuerpo de Bomberos.

A los 18 años ingresó como voluntaria y, dos décadas después, logró ser ratificada como superintendenta para el período 2026-2027, con un respaldo que confirma un liderazgo construido desde la constancia, el aprendizaje y la cercanía con quienes integran la institución.

Docente de formación inicial, enfermera por decisión y bombera con vocación temprana, Muñoz ha ido entrelazando sus distintas facetas en una trayectoria donde el servicio no es una consigna, sino una práctica diaria que cruza su vida personal, profesional y comunitaria.

RESPALDO INTERNO Y CONTINUIDAD

Valentina Muñoz fue reelegida como superintendenta del Cuerpo de Bomberos de Cabrero tras las elecciones internas realizadas el domingo 7 de diciembre, proceso en el que la institución renovó su oficialidad general con la participación de las y los voluntarios habilitados.

Con un 80% de apoyo, el proceso ratificó su continuidad tras el período 2024-2025 y consolidó una gestión que marcó un hito institucional al ser la primera mujer en asumir la superintendencia.

UN LIDERAZGO QUE NACE DESDE LA BASE

La continuidad de Valentina Muñoz en la superintendencia es el resultado de una trayectoria construida desde sus primeros años como voluntaria, sostenida en el trabajo cotidiano, la cercanía con los equipos y una formación permanente dentro de la institución.

"Me siento muy feliz y orgullosa de mi gente. Primero que todo, quiero dar a conocer que mi gente está siempre dispuesta, aprendiendo ya sea en conocimiento, adquiriendo nuevas habilidades y estando al servicio de la comunidad. Este respaldo fue maravilloso, porque muestra la confianza que le tienen a uno", dijo.

Valentina Muñoz.

La superintendenta insiste en que el resultado electoral no es individual. En su relato aparecen de forma reiterada los nombres de quienes le acompañaron durante su primer periodo de gestión: el directorio, los oficiales y voluntarios de la institución.

LA NIÑA QUE ESCUCHABA LA SIRENA

La historia bomberil de Valentina Muñoz no comienza con un nombramiento ni con una elección. Empieza en el centro de Cabrero, a una cuadra de la Primera Compañía, donde el sonido de la sirena marcaba rutinas y sueños.

"Desde niña siempre quise ser bombero. Vivíamos en pleno centro, muy cerca de la compañía, y siempre que tocaba la sirena yo salía a la esquina a mirar. Yo decía: algún día voy a ir arriba de ese carro", comentó.

Valentina Muñoz.

A los 18 años concretó ese impulso infantil y se convirtió en la primera voluntaria de su familia. Hoy, con 36 años, ostenta un recorrido que incluye formación operativa, cargos administrativos y una progresión interna que la llevó desde la secretaría de compañía hasta la superintendencia.

"Llevo mis 20 años de servicio en la sangre, y liderar este Cuerpo de Bomberos que tanto amo, al que uno le ha dedicado gran parte de su vida, me hace sentir realmente orgullosa de todo lo que hemos podido conseguir", valora.

Valentina Muñoz.

LA SITUACIÓN QUE LA LLEVÓ A LA ENFERMERÍA

Con los años de voluntariado y las experiencias acumuladas en las emergencias, Valentina Muñoz comenzó a advertir la necesidad de contar con mayores conocimientos para apoyar su labor como bombera. Ya formada y ejerciendo como profesora básica con mención en inglés, decidió iniciar una nueva etapa académica.

"Un día fui a una emergencia y no sabía si mi paciente estaba vivo o muerto. Y una de las cosas que me motivó a ser enfermera fue netamente el tema de los bomberos, el poder dar un mejor servicio a la comunidad", indicó.

Valentina Muñoz.

Ese episodio, ocurrido a fines de 2011, se transformó en un punto de quiebre. Durante el verano siguiente, la reflexión fue persistente y la decisión llegó en marzo de 2012, cuando se matriculó para estudiar Enfermería en paralelo a su trabajo.

"Dije: ‘Esto no me lo puede ganar. Tengo que hacer algo'. Tuve todo el verano para pensarlo y en marzo tomé la decisión", cuenta.

Valentina Muñoz.

La formación en salud amplió su rol en las emergencias y redefinió su forma de entender el servicio voluntario, con nuevas herramientas clínicas aplicadas a la atención prehospitalaria y al control de situaciones críticas en terreno.

FAMILIA, TRABAJO Y LA VIDA FUERA DEL CUARTEL

Esa formación y experiencia acumuladas no se expresan solo en el ámbito institucional, sino también en su vida cotidiana, donde el liderazgo de Valentina Muñoz convive con una vida familiar marcada por la maternidad.

"Tengo un campeón de 11 añitos. Él se siente orgulloso, dice: 'Mi mamá es la superintendente'. Eso es muy gratificante", relató.

Valentina Muñoz.

En el plano laboral, ejerce simultáneamente como docente y enfermera en el Liceo Saltos del Laja, con una jornada de 44 horas semanales. Desde allí, asegura contar con apoyo institucional para responder a las exigencias del cargo.

"Trabajo la mitad de las horas como docente y la otra mitad como enfermera. Me siento totalmente afortunada, y tengo facilidades para asistir cuando mi cargo lo amerita", relata.

Valentina Muñoz.

Con cerca de 20 años de servicio activo, Muñoz ejerce simultáneamente como docente y enfermera en el Liceo Saltos del Laja.  / Cedida
Con cerca de 20 años de servicio activo, Muñoz ejerce simultáneamente como docente y enfermera en el Liceo Saltos del Laja. Cedida

NUNCA DEJAR DE SOÑAR

En el cierre de su testimonio, la superintendenta Valentina Muñoz dirige su mensaje especialmente a otras mujeres y pone el acento en las oportunidades, la convicción personal y el valor del trabajo colectivo por sobre el cargo que hoy ejerce.

"Nunca dejemos de soñar. Podemos lograr muchas cosas, más integridad y equidad. Nuestro mayor tesoro son los voluntarios, nuestra gente. Si ellos están bien, el Cuerpo de Bomberos va a estar bien", concluye.

Valentina Muñoz.

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