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Deportista de Mulchén lidera el ranking nacional de ciclocross amateur

Diego Lastra se posiciona como el mejor del país en una especialidad que mezcla ciclismo de ruta, montaña y obstáculos, gracias a una rutina de entrenamiento de seis días a la semana.

Deportista de Mulchén lidera el ranking nacional de ciclocross amateur, @jcayupan.ph
Deportista de Mulchén lidera el ranking nacional de ciclocross amateur / FUENTE: @jcayupan.ph

Con 34 años y poco más de dos años en el ciclismo competitivo, el mulchenino Diego Lastra se ha posicionado como una de las figuras emergentes del ciclocross nacional.

Tras disputarse cuatro fechas, encabeza de manera invicta la Copa Chile Amateur, en una disciplina que exige tanto resistencia física como técnica y fortaleza mental.

El camino hacia el ciclismo competitivo no fue el habitual para este deportista. Desde niño, su vida estuvo marcada por actividades como el rugby, el montañismo y la escalada, disciplinas que siempre lo acercaron al aire libre y al contacto con la naturaleza. "Nunca me vi compitiendo en bici", admite.

Fue recién después de la pandemia cuando, en un intento por mantenerse activo, compró una bicicleta con fines recreativos.

"Me fui de viaje y me picó el bichito", cuenta.

Esa experiencia casual se convirtió en el punto de partida de una nueva pasión. Su primera competencia fue una exigente carrera de 170 kilómetros en Chillán, donde alcanzó el séptimo lugar. A partir de ese momento, reordenó su vida en función del entrenamiento, los circuitos de tierra y la superación personal.

TIERRA, TÉCNICA Y MENTALIDAD

Diego compite en una disciplina que mezcla lo mejor -y lo más duro- del ciclismo de montaña, la ruta y el cross-country. El ciclocross es correr contra el reloj en un circuito cerrado, lleno de curvas, barro, escaleras y tablas que obligan a bajarse y levantar la bicicleta al hombro.

"No basta con pedalear fuerte, hay que tener técnica, inteligencia y mucha resistencia mental", explica.

Y eso lo tiene claro. Su rutina semanal contempla entre 15 y 18 horas de entrenamiento repartidas en seis días, recorriendo los caminos rurales entre Mulchén, Los Ángeles, Santa Bárbara y Alto Biobío.

"Soy bien estructurado, entreno seis días a la semana. Para estar bien posicionado, hay que estar todo el tiempo arriba de la bici", asegura.

Además del ciclocross, ha tenido destacadas participaciones en carreras de gravel, otra disciplina de fondo en caminos de tierra con obstáculos y que contempla un terreno difícil de surcar.

El año pasado fue subcampeón nacional en esa modalidad y este año ya ganó una carrera de 415 kilómetros en Concepción, en la cual según relató a Diario La Tribuna. A pesar de que solo lleva dos años en este deporte, sus resultados ya lo ubican como un talento en ascenso.

MOTIVACIÓN Y ESFUERZO

Parte de lo que impulsa a Diego a levantarse cada día a entrenar no es la gloria ni los títulos, sino una convicción profunda: la de que el deporte es una herramienta de vida.

"Hay días en que uno no quiere entrenar, pero si logras salir igual, fortaleces la mente. En las carreras largas, te acuerdas de esos días y eso te empuja a seguir", reflexiona.

También habla con gratitud de quienes lo acompañan desde las sombras afirmando la importancia que tiene la gente "que está detrás de uno, apoyando anónimamente. Familia, amigos, personas de Los Ángeles, fotógrafos, vecinos. No estoy solo en esto, y eso me motiva más", señala.

PROYECCIONES QUE VAN MÁS ALLÁ DEL PODIO

Aunque hoy su foco es consolidarse como campeón nacional en la categoría amateur -y todo indica que lo logrará si mantiene el nivel-, Diego ya piensa en lo que viene: "Quiero dar el salto a la categoría elite. Pero primero quiero demostrarme a mí mismo que puedo ser el mejor en amateur".

La ambición está, pero es una ambición serena, con los pies en la tierra y la mente clara.

"Esto no se trata solo de ganar, se trata de superarse. Me encantaría representar al país en una competencia internacional, pero si no se da, seguiré compitiendo, creciendo y disfrutando del deporte", agrega.

En un país donde muchas veces el talento deportivo fuera del fútbol pasa desapercibido, la historia de Diego es un recordatorio de que los sueños también se construyen en silencio, a fuerza de madrugones, barro, caídas, kilómetros recorridos y voluntad férrea.




matomo