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La Tribuna

Nora Sainturat: "Tuve muy buena relación con mis alumnos, muy respetuosos e interesados en aprender"

por Juvenal Rivera Sanhueza

A continuación publicamos de manera póstuma esta entrevista a la docente de francés del ex Liceo de Hombres de Los Angeles, quien ejerció por más de 33 años en el recinto educativo, dejando una huella imborrable en sus alumnos y la comunidad escolar.

Nora, profesora /

El pasado 25 de febrero falleció la profesora Nora Sainturat, quien fuera docente de la asignatura de francés en el ex Liceo de Hombres de Los Ángeles. Su deceso causó profundo pesar entre quienes la conocieron, sus familia, sus amistades y especialmente la comunidad educativa.

Sus ex alumnos la recuerdan como la maestra de trato afable y gran dedicación a la docencia, que se despedía de cada clase con un "Au revoir" (hasta la vista).

Nacida en Concepción en 1934 (fue la menor de cinco hermanos), cursó sus estudios superiores en la Universidad de Concepción, donde se tituló como profesora de Estado en la asignatura de francés en 1960.

Después de hacer su práctica profesional en el Liceo Coeducacional de Talcahuano, en 1961 es nombrada como docente en el Liceo de Hombres de Los Angeles. Luego de un año de desempeño profesional, el Ministerio de Educación le otorgó una cátedra, lo que le permitió dejar dos horas semanales para cualquier actividad en beneficio de la enseñanza. Después de 32 años de actividad, se acogió a retiro en 1993.

Uno de sus alumnos, el periodista Juan Emilio Herrera, le solicitamos una entrevista por escrito, a la cual accedió con gentileza y humildad.

Sus respuestas se publican ahora en forma póstuma, como un homenaje, y a manera de un "De profundis."

- ¿Su abuelo llegó de Francia? ¿Se hablaba francés en la familia?

- Sí, mi padre lo hablaba... pero no conocí a mis abuelos.

- ¿Su relación con el idioma francés fue desde la infancia? ¿Y cómo nace la vocación docente?

- Desde la infancia. Cuando aprendí a leer y estar en la escuela, me gustó ser profesora. Como era niña, admiraba a los profesores de mi escuela. El idioma lo escuchaba mucho, especialmente el 14 de julio, en que se cantaba la Marsellesa (Marseillaise).

- ¿Alguien más de su familia estudió francés?

- En mi familia, una de mis hermanas estudió francés en un instituto, pues se sentía atraída por el idioma.

- Y después de titularse, ¿cuál fue su primer trabajo?

- Yo empecé a realizar clases en el tercer año de estudios (en la Universidad de Concepción). Mi profesora jefe en primaria me pidió por su hija, que la reforzara en francés. En cuarto, cuando realicé la práctica controlada por dos meses, también el Liceo Experimental me ofreció un reemplazo con contrato. En quinto empecé a preparar mi tesis. El examen de grado lo di en la Universidad de Chile, pues la U. de Concepción no era aún autónoma.

- ¿En qué año llegó a Los Ángeles?

- En julio de 1960 obtuve el título de profesor de Estado en la asignatura de francés. Al año siguiente, pude optar a la terna de horas vacantes del país. La terna ofrecía horas en Concepción, Los Ángeles y Traiguén. Fui nombrada en el Liceo de Hombres de Los Ángeles con horario completo.

- ¿Enseñó también en otros colegios?

- Seguimos conversando. En el quinto año de estudios, se me ofrece un horario de 9 horas de clases y 3 de jefatura en el Liceo Coeducacional Fiscal de Talcahuano. Lo recibí con mucho agrado, pues sería una interesante experiencia y gran responsabilidad. En diciembre se prepara la despedida y graduación de los alumnos de sexto año. En esos momentos, la dirección del liceo me nombra encargada de despedir a mis alumnos. Esto se lleva a cabo en el Teatro Dante de Talcahuano. Tengo las fotos de ese maravilloso momento.

- ¿Cómo fue su experiencia docente en Los Ángeles?

- Yo asumí en el Liceo de Hombres de Los Ángeles con  la jefatura del Sexto Año D. Tuve muy buena relación con mis alumnos, muy respetuosos e interesados en aprender. Después de un año recibí una gran sorpresa: se me otorgó una cátedra por el Ministerio de Educación. Debía dejar dos horas de clases y realizar cualquier actividad en beneficio de la enseñanza. Formamos un grupo que quería aprender canciones en francés, material del que yo disponía. Todo un éxito. Después de un tiempo nuestro Liceo se trasladó a un moderno edificio que le cambió la vida. Allí pude lograr una sala de francés, con proyector para las diapositivas, más un tocadiscos para escuchar los diálogos. En suma, nos modernizamos y despertamos el interés de los alumnos. Sólo puedo decir que fue una linda experiencia. Ojalá haya sido un relato interesante.

-    ¡Merci... merci beaucoup!

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