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La Tribuna

"Akatun Mapu", un emprendimiento familiar que pretende entregar productos 100% naturales a la comunidad

por Juan Villalobos

La pyme gestada en Tucapel ha recorrido gran parte de la provincia de Biobío bajo la consigna de "regresar a la tierra", entregando novedosos productos como el aceite de avellana.

nuestra gente /

Hoy en día la

producción orgánica es una buena opción de emprendimiento, el consumidor

promedio busca opciones más saludables y nutritivas. Los productos orgánicos

son aquellos elaborados mediante agricultura, basada en principios de trabajo

naturales y seguros para el medio ambiente. En ninguna etapa de producción se

utilizan fertilizantes, plaguicidas o pesticidas químicos, así como tampoco en

los suelos que se ocupan para el sembradío.

En este

contexto, al ser cultivados y procesados utilizando tecnologías no

contaminantes, haciendo uso de abonos naturales y eliminando el uso de

sustancias tóxicas, se convierten en más saludables y seguros de consumir,

protegen el medio ambiente y se trata de productos de sabor 100% natural.

Actualmente también existe un creciente incremento de consumidores con

requerimientos dietéticos especiales, debido a intolerancia de algunos

ingredientes, lo que ha logrado que el mercado de productos orgánicos crezca a

pasos agigantados en el contexto mundial.

En medio de

estas tendencias actuales de mercado, existen grandes oportunidades para

quienes deseen atreverse a emprender con una pyme. Este es el caso de la

empresa familiar formada por Ana Jofré y Raúl Albornoz Akatun Mapu,

originarios de la comuna de Tucapel, han logrado recorrer gran parte de la

provincia de Biobío, ofreciendo productos obtenidos a base de materias primas

100% naturales como el aceite y harina de avellana, el maqui deshidratado y el

vinagre de manzana. Con el objetivo de independizarse económicamente y convertiste

en sus propios jefes esta familia se atrevió a emprender y aventurarse hacia

nuevos horizontes, innovando en el mercado local con productos llamativos y

evocados tanto en la sustentabilidad medioambiental como en la producción de

materias primas, que fomentan la producción local.

Diario La

Tribuna conversó con este matrimonio de emprendedores, quienes explicaron cómo

inició este proyecto familiar y sus planes a futuro.

¿Cómo nació la idea de emprender un negocio familiar

en el contexto de los productos naturales?

Raúl Albornoz:

Esta iniciativa familiar nace debido a que en la zona de Tucapel donde vivimos

existen muchos productos naturales y puntos de cultivo locales, donde podemos

acceder fácilmente a las materias primas para la elaboración de nuestro

productos como avellanas, maqui y manzanas de huertos locales. Comenzamos

en una primera instancia a trabajar con las avellanas, vimos el potencial de

este fruto silvestre y pensamos en la forma de poder, generar un producto que

le pudiese gustar a la gente, pero que beneficiase de gran forma al

medioambiente y fuera de sano consumo para los clientes sin ninguna

intervención de químicos. De esta forma utilizando este fruto autóctono de la

zona, dimos pie a la producción de nuestro aceite de avellana, el cual tiene un

uso enfocado en la regeneración de células muertas, también es rico en

minerales y vitaminas, además de magnesio y calcio. Otro producto que también

desarrollamos es la harina de avellana, producida desde una pulpa 100% pura.

Otro producto que abunda acá en la

zona es el maqui. Es de  conocimiento

público que es el antioxidante más potente del mundo, así que por lo que vimos es

un muy buen nicho para nuestra empresa, donde de forma natural lo

deshidratamos.

También incluimos las manzanas de

huertos locales, donde nos preocupamos que no tuvieran ningún tipo de químicos

y sólo de quintas provenientes de Tucapel, donde logramos obtener un vinagre

único de manzana con altos grados de pureza y que sugiere ser una gran fuente

de vitaminas A y B, junto con contener ácidos grasos importantes, rico en

fósforo, calcio, potasio, magnesio, entre otros. Convirtiendo de esta forma

nuestros productos en una alternativa totalmente saludable a diferencia de las

cosas que se pueden encontrar en el mercado elaboradas con químicos y diversos

aditivos dañinos para la salud a corto o largo plazo para quienes consuman

constantemente.

¿Cómo

empezó a hacerse conocido su negocio en la provincia de bio bío?

Raúl Albornoz: En primera instancia

logramos recibir ayuda municipal, continuamente también hemos sido invitados

por Sercotec, con quienes nos pudimos adjudicar un proyecto para comprar máquinas

para trabajar bajo un proceso más expedito, con el que hemos podido mejorar de

gran forma nuestra productividad acelerando nuestro proceso. Hemos tenido

durante los últimos años una gran cantidad de personas interesadas en comprar

nuestros productos, con lo que hemos logrado un alza en nuestras ventas muy

grandes. Tenemos también clientes habituales que ya conocen nuestra calidad y

en ese sentido el boca a boca nos ha ayudado bastante a crecer. Como no

contienen ningún tipo de químicos hemos logrado ser una gran novedad para

muchos compradores.

Respecto

al llamativo nombre akatun mapu ¿cuál es el objetivo del acercamiento a las

raíces ancestrales?

Ana Jofré: Nuestro nombre significa

regresar a la tierra, la idea de tener este nombre es rescatar los frutos que

nos da nuestra madre tierra, los cuales están libres de todo tipo de químicos y

persevantes, para que sean algo totalmente natural para nuestros clientes. En

este sentido lograr tener una empresa propia para nosotros fue entre varias

razones para dejar de trabajar apatronados y buscar la independencia

financiera, para tener algo más estable y probar algo nuevo. Fuera del actual

nicho de productos que estamos trabajando también queremos experimentar,

produciendo vinagre de membrillo, siguiendo la línea de los productos 100%

naturales. En este sentido cabe destacar que nos costó al principio lograr

consolidarnos ya que la gente no conocía el aceite de avellana, por ejemplo.

Actualmente las personas buscan nuestros productos, hemos podido estar en Concepción,

Chiguayante, Santa Bárbara, Los Ángeles, entre otros lugares acercando nuestra

producción a la comunidad. Incluso ya nos piden que vayamos a presentarnos en

diversas exposiciones.

¿Cómo

es realizado el proceso productivo a través de materias primas 100% naturales?

Ana Jofré: Nosotros somos

recolectores y productores, en nuestro emprendimiento. Salimos a recolectar y

cuando ya no damos abasto concurrimos a comprar a la gente de la zona.

Realizamos todo el proceso de secado, partimos el producto. En el caso de la

avellana, las limpiamos una por una, para lograr harina pura y también un

aceite de primera calidad. En este sentido para llegar a un producto óptimo,

nos encargamos de lograr un punto de secado exacto para poder extraer el

potencial de la avellana al máximo. Después de un minucioso proceso llevamos

las avellanas hasta una prensa donde es extraído el aceite. Con el maqui

realizamos el mismo proceso de recolección, donde se trata mediante secado natural

y posteriormente el molido para obtenerlo en estado deshidratado.

¿Cuál

es la proyección a largo plazo que tiene respecto al crecimiento de su negocio?

Ana Jofré: Queremos tener un lugar

establecido donde podamos estar más cerca de nuestros clientes frecuentes y

podemos movilizarnos de una manera más fácil a distintas ferias y exposiciones.

También me gustaría decirle a todos los emprendedores que tengan una idea

novedosa y que pueda convertirse en un potencial negocio que pierdan el miedo,

que no van a perder nada, en intentar no hay engaño. Atrévanse a cruzar el río

y si no resulta siempre se puede seguir insistiendo con entusiasmo y energía.

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