A cuatro años de la muerte de Carlos Perelló, uno de los últimos dirigentes de D. Iberia

El pasado 25 de diciembre del año 2017, dejó de existir Carlos Alberto Perelló Nieto, insigne dirigente de Deportes Iberia. Cuatro años en que ya no está presente físicamente, pero su recuerdo ha continuado inalterable.

Nació el 15 de marzo de 1928, hijo de don Pedro Perelló Puig y de Teresa Nieto, teniendo una destacada trayectoria no tan solo en el aspecto laboral, sino que deportivo.

Sus primeros pasos en el ámbito dirigencial los tuvo en el año 1966, conformando el directorio de Club Deportes Los Ángeles, donde Perelló participó como director. En aquella ocasión, Waldemar Agurto como presidente del Club. Al cabo de un mes renuncia el presidente asumiendo como tal Carlos Perelló. Desde ese momento su vínculo con el fútbol y su representatividad estarían siempre vigentes.

Perelló Nieto, dio una de sus últimas entrevistas, precisamente a La Tribuna, instancia en la que al ser consultado sobre cómo esperaba que los angelinos lo recordaran dijo, me gustaría que, con los años, siempre se siga recordando que el principal promotor de Iberia en Los Ángeles, fui yo y Manuel Segundo González. Fuimos los dos, los principales artífices de traer al club a Los Ángeles.

Cabe señalar que, entre los dirigentes que bregaron por conseguir que Los Ángeles tuviera fútbol profesional, estaba precisamente Carlos Perelló, quien una vez que se logró el propósito, comprando a Iberia desde Puente Alto con el beneplácito del sacerdote Gilberto Lizana, fue el propio Perelló quien, desde su bolsillo debió cancelar la deuda que costaba traer al elenco iberiano a Los Ángeles, 80 mil escudos, un préstamo que con los años se fue difuminando sin recibir su dinero de vuelta.

Tanto Carlos Perelló como Manuel Segundo González, sus nombres resuenan en la historia de Deportes Iberia, sin menoscabar el gran trabajo que en aquellos años también realizaron varios dirigentes, pero sin duda, estos dos nombres quedarán en la memoria de la comunidad, por el legado imperdurable dejado a Los Ángeles, en especial a los hinchas de la Azulgrana.