María Cristina Rivas, de 35 años, confesó el crimen cometido por venganza a su exesposo de quien se había separado hace un par de años. El hecho ocurrió en España el pasado el pasado 31 de mayo.
De acuerdo al relato de la mujer, primero drogó a la pequeña con un ansiolítico y a la mañana siguiente la asfixió poniéndole una funda plástica en la cabeza.
Luego, llamó a la escuela para avisar que la niña no iría a clases porque no se encontraba bien.
Después llamó a la clínica donde laboraba para excusarse. Con las gestiones realizadas, bajó a pasear al perro y cuando volvió al domicilio intentó quitarse la vida.
Lo hice por cuestiones relacionadas con mi expareja , afirmó la mujer que fue enviada a un centro penitenciario.